El Justiciero 2 es diferente que la primera parte y se agradece, la brecha entre los momentos tranquilos donde la película simplemente tiene a su héroe disfrutando de su tiempo libre, trabajando como el resto del mundo y las escandalosas secuencias en las que asesina a sus enemigos con asombrosa precisión es inmenso hasta el punto de ser temerario.
En esta epoca donde estamos viendo a varios artistas de mediana edad haciendo de heroes de acción o simplemente dandonos peliculas muy entretenidas como John Wick con Keanu Reeves o Atomica con Charlize Theron.
Sinopsis
Regresa a la gran pantalla Robert McCall (Denzel Washington), el veterano ex-agente del gobierno que decide seguir combatiendo por su cuenta contra delincuentes, secuestradores o cualquier tipo de extorsionador, por muy arriesgados que sean. Pero en esta ocasión, este justiciero va a tener que enfrentarse a un caso en el que entrarán en juego cuestiones muy personales.
Y es que Susan Plummer (Melissa Leo), su compañera de la CIA, una ex-agente retirada, ha desaparecido. De esta manera, la misión hará que McCall se vea cara a cara con secuestradores y sicarios de alto nivel con los que nadie está a salvo, mientras que pone a prueba su tenacidad y habilidades ahora que alguien querido está en juego.
Ficha técnica
Dirección Antoine Fuqua
Guion Richard Wenk
Basada en The Equalizer de Michael Sloan y Richard Lindheim
Música Harry Gregson-Williams
Fotografía Oliver Wood
Montaje Conrad Buff IV
Protagonistas Denzel Washington, Melissa Leo, Pedro Pascal, Bill Pullman, Ashton Sanders
El Justiciero 2, si molestas a Robert McCall habrá consecuencias
La escena de apertura de El Justiciero 2 es un comienzo prometedor. Incluye un viaje en tren a Estambul, donde McCall disfrazado de clérigo musulmán golpea a un puñado de villanos desprevenidos, seguido de sus sermones característicos sobre el dolor. Lo suficiente como para llevarte a bordo para una acción entretenida donde el bien triunfa sobre el mal… y lo hace.
Durante la siguiente media hora más o menos, el director Antoine Fuqua nos regala momentos muy buenos de McCall como Justiciero. Esta vez, tiene acceso a historias de crímenes que se preparan en su asiento trasero y más allá, como un taxista de guardia.
No solo tiene acción sino tambien dialogos donde Denzel lo borda
La narrativa está llena de algunas subtramas y personajes que parecen hacer poco más que resaltar el entrañable lado humano de McCall. Esto es evidente con la entrada de Miles Whittaker (Ashton Sanders), un adolescente con talento artístico, amigos deshonestos y un pasado problemático. Afortunadamente, la historia avanza cuando los eventos toman un giro más serio.
De vez en cuando, los momentos de acción continuan resaltando la agilidad de Washington a sus 63 años. Como actor, nunca pierde el ritmo ya sea que esté ofreciendo diálogos contundentes o lloviendo golpes. La trama también viaja de Boston a Bélgica y de regreso, conectando el pasado y presente de McCall, pero muchas revelaciones son predecibles. Las referencias a la historia de fondo melancólico de McCall conectan los puntos para aquellos que se perdieron la primera película.
Sin embargo, no hay escapatoria al largo plazo que se hubiera beneficiado con un poco más de acción. Si bien hay un clímax elaborado con intercambio de armas de fuego pesado y mucha sangre derramada, podria haber tenido algun momento más de acción. Es una delicia para los que buscan acción y los acérrimos fanáticos de Washington.
Fuente: este post proviene de Sexta Butaca, donde puedes consultar el contenido original.
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