Crítica de cine: Star Wars el despertar de la fuerza
Como auténtico fanático de Star Wars, capaz de haber visto más de cincuenta veces cada película de la saga original, esperaba con ansia el renacer de la franquicia a manos de Disney. Cuando llegó la noticia de que J. J. Abrams iba a ser el director de la siguiente película de la saga; un auténtico friki y admirador de Star Wars que había conseguido revitalizar la franquicia de Star Trek haciendo que se pareciera más a Star Wars, algo en mi cerebro me dijo que la cosa iba a salir bien.
Pero tras ver la película, me temo de que a pesar de que el resultado ha sido un gran entretenimiento, no hemos vuelto a esa galaxia muy muy lejana. Tampoco se ha conseguido una revitalización de la saga, como en el caso de Star Trek. ¿Por qué? Sigue leyendo.
La película
Está claramente diferenciada en dos partes. Una primera parte fresca, rápida, con humor y mejores actuaciones que en la saga original (George Lucas odiaba trabajar con actores). A partir de la segunda mitad, sin motivo aparente, trata de volver a contar cómo destruyen una nueva Estrella de la Muerte, esta vez llamada Starkiller, un guiño a los seguidores de la saga.
Esta primera mitad de la película presenta el universo de Star Wars cuarenta años después de la victoria de los rebeldes en la luna de Yavin. Los párrafos iniciales deberían de explicar algo sobre lo que ha ocurrido y por qué hay un nuevo Imperio llamado “la primera orden“, pero no lo hacen. Aquí es donde veo que J. J. Abrams, ha metido mano en el guión. Esa afición del director por dejar preguntas sin responder, hace que tardes mucho más en querer entrar en el universo que te muestran, porque no tienes ni idea de en dónde estás.
Dejando de lado eso, como ya he dicho, la primera mitad es muy divertida. Presenta los personajes de la nueva saga con dos actores protagonistas de los que hablaré más adelante. Los personajes son atractivos y desde mi punto de vista están a la altura de los de la serie original, incluso creo que BB8 llega a superar a R2D2.
Tras la presentación de personajes, se produce una persecución realmente bien dirigida por encima de las arenas de un desierto a bordo del halcón milenario y pasamos a encontrarnos con los viejos conocidos. Todos los implicados en la producción se han esforzado por decirnos una y otra vez “esto no es como la nueva trilogía que hizo Lucas, esto es el Star Wars original”. Por eso esa afición a que aparezcan aunque sea de manera forzada (y mucho), la pareja formada por Han Solo y Chewbacca. Una escena con bastante humor más y ahí termina el primer bloque de la película en donde nos dan todo lo que nos prometieron en los sucesivos trailer que nos han ido mostrando.
Y empieza el segundo acto. Aquí es donde llega el despropósito. Pasa a haber una Estrella de la muerte (me niego a llamarla Starkiller) del tamaño de un planeta y que es capaz de destruir galaxias, que nadie en todo el universo sabía que se había construido y “Oh sorpresa”, tiene un punto débil en donde si entran un montoncito de naves diminutas y disparan hará que vuele en pedazos el planeta entero (siempre y cuando esté a puntito de disparar contra algo). La emoción se sirvió y se retiró del plato.
Pero este final anticlimático no es lo que hace que tu mente se largue de la película a pensar en un burro tocando la guitarra.
Recuerdo que cuando se estrenó la cuarta película de Indiana Jones (aquella que nunca se llegó a rodar), la gran crítica aparte de que la película no era especialmente buena y los efectos eran bastante malejos, fue que había un plano en donde te mostraban la cara de un extraterrestre, rompiendo toda la magia de la búsqueda arqueológica. En esta película pasa algo similar cuando el malo, el equivalente a Darth Vader de la nueva trilogía que hasta ese momento rompía la pana, decide quitarse el casco y nos encontramos con algo muy parecido a esta imagen:
El malo es hermoso y llora por ser buena persona mientras se comporta como un niño malcriado. Es la puntilla que termina de destrozar un guión absurdo e inconexo. Una primera mitad fantástica queda sepultada bajo un montón de tonterías.
Es verdad que la saga Star Wars no tiene una gran profundidad. Es infantil. Tiene un toque de culebrón. Pero también es verdad que se mantiene simple y sin incoherencias, que es de lo que más adolece esta película. Las expectativas son que el malo sea horrendo, tanto en lo personal, como en lo físico. Que los personajes sufran para conseguir sus objetivos y que todo el mundo tenga claro dónde está cada uno y cuál es su meta. Y esta película no cumple ninguna de estas sencillas premisas.
Los actores
Aquí hay que dar un aplauso a todo el elenco. Harrison Ford está fantástico, muy gracioso y con la caradura que tiene que tener como contrabandista. A pesar de mis quejas sobre el malo (Kylo Ren), el actor Adam Driver hace una gran actuación, diría que enorme teniendo en cuenta el papel tan mal escrito que le ha tocado llevar.
Pero sin duda el trío protagonista formado por John Boyega en el papel de Finn (el personaje cómico), BB8 (el robot achuchable) y Daisy Ridley como Rey (la heroína de la película) destacan por todo. En este caso, el guión está bien escrito, con diálogos intensos que desvelan la personalidad de todos mientras avanza la acción. Y a pesar de que Daisy Ridley puede parecer la chica mona Disney de turno, es una actriz que demuestra ser capaz de hacerte creíble que es la verdadera heroína de la historia, tanto física como interpretativamente. Sin duda, la mejor de todo el elenco.
La valoración
Bazofia — Del montón — Entretenida — Buena — Muy buena — Obra maestra
Lamentablemente y a pesar de las expectativas generadas tras una brutal campaña publicitaria y un par de trailers que parecía que hacían volver a los orígenes a la saga, Star Wars el despertar de la fuerza se ha quedado en una película entretenida. Si no tuviera el título Star Wars por delante, habría sido tan sólo otro blockbuster veraniego más.
Fuente: este post proviene de Relatos escritos, donde puedes consultar el contenido original.
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