Ante el aluvión de series de humor malas, dentro de su maldad, Brooklyn nine-nine, se hace un pequeño hueco. Nos entretiene y nos hace reír.
Para aquellos fans de las Sitcoms, y sobre todo para aquellos que después de acabar la 9ª temporada de Big Bang en menos de una semana ehem LadyM, y no sabéis que ver, esta se convertirá en una gran alternativa. Quedáis avisados, es un humor rápido, simple, tonto y en ocasiones repetitivo. Pero ha funcionado en mi. Y eso es mucho decir de nuevo ante la falta de ideas originales, bueno ideas, porque la palabra originalidad ya es mucho pedir últimamente. Analizamos la segunda temporada, recién publicada en Netflix y que hemos tenido el placer de devorar cual bufet libre barato. Tienes hambre, ves comida y no entiendes porque motivo no puedes dejar de comer. ¿Tenéis preparados vuestros cubiertos?
“Otra sitcom y esta parece buena… ¿Qué?”
Argumento(**)
Nunca ha sido el punto fuerte de ninguna de las Sitcom. Y está claro que Brooklyn nine-nine se queda muy corta en este aspecto. Lo importante siempre suelen ser los personajes y como estos van cambiando durante la serie. sin lugar a dudas es uno de los puntos que más me faltan en nine-nine. Os pongo en situación. Nos encontramos en Brooklyn y a que no adivináis el número de la comisaría… Allí se combinan todo tipo de estereotipos con cierta gracia, rodeados de un personaje carismático que es Jake Peralta. Van resolviendo casos de la manera más procedimental, combinados con otros capítulos donde la historia se desarrolla de la manera más interna.
Está claro que no encontraremos ningún tipo de giro impresionante que nos cambie la vida. Pero sí que se agradece beber de otras series donde literalmente creces con el personaje. Los mejores episodios, son los que tienen una historia ligada con el resto de la serie o incluso con la anterior temporada. Como platos donde repites más de una vez porque la fórmula triunfa. Siendo una segunda temporada, deberíamos comenzar a aprender de los errores y nine-nine, no acaba de aprender.
Por otro lado, tiene un gran punto positivo. La ligereza de sus argumentos, o de sus casos, nos permite hacer otras cosas mientras vemos la serie de fondo y sin duda nos reímos igual. Parece una pega pero para mí es más una ventaja que una desventaja. Estoy seguro que volveré a caer en sus redes para la tercera temporada. No aprendo.
“Coged las palomitas que esto promete”
Personajes(***)
Ahí es donde sí que destaca esta serie. En la comisaría nine-nine, se combinan todo tipo de personajes. Desde el histriónico, repelente, cargante pero querido Jake Peralta (Andy Samberg). Sin duda se merece un punto y a parte. Es el Sheldon de esta serie, sin él, no sería nada. Es un pilar, que o lo acoges o lo odias. Constantemente inunda la pantalla, con un carisma digno del actor, pero con un exceso que en ciertos momentos te puede hacer retirarte de la serie. Yo de momento lo he acogido en mi corazón, pero lo dejo atado en la puerta, porque se crece demasiado rápido. Sin lugar a dudas, sí que es capaz que un detective que no tienes muy claro si es muy inteligente o tonto de remate (ehem Sheldon), pero que siempre se sale con la suya. Y eso nos gusta.
“Son divertidos hasta la médula. Pero cuidado no los dejéis sueltos, pueden cargarnos y mucho”
El resto del elenco, en muchas ocasiones gira sobre él, pero en otras, consigue su propia historia y ser capaces de gestionar las historias de tantos personajes con una cierta profundidad se agradece. Melissa Fumero, Joe Lo Truglio, son parte del tridente protagonista a mi parecer. Una tensión sexual no resuelta clásica con la inspectora, y con un feeling sensacional. Boyle, el segundo, es un mini Peralta. De nuevo, o te lo crees, o no lo quieres coger ni con pinzas. Sin embargo, pese a que la serie lo quiere presentar como la salsa de serie, está claro que no acaba de conectar conmigo.
El resto del reparto
El resto del reparto es totalmente variopinto Stephanie Beatriz, Terry Crews,Chelsea Peretti, Andre Braugher, Dirk Blocker, Joel McKinnon Miller. Tenemos un gran jefe interpretado por Andre, quien realmente sí que se ha ganado todo mi respeto. Es un personaje que bebe de el racismo o la homofobia en estos trabajos. Pero lo que más me gusta es que no se acaba de regodear. Y se agradece mucho. Para mi uno de los mejores toques cómicos de la serie. El resto es un tipo duro con un cuerpazo (Terry Crews) y un espíritu de nenaza, junto a la recepcionista cotilla y que habla con emoticonos del whatssap. Extraño ¿Verdad? La típica poli mala con buen corazón.
El problema esencial de la serie es el desarrollo de los personajes, no son capaces de aportar a la pantal la un relieve, una forma, un avance. Pasa alguna cosa muy importante en el argumento, y en los siguientes dos episodios PUM, desaparece, se fuga de la mente de los guionista. Esto, podía acusarlo en la primera temporada. Pero no se puede volver a un restaurante donde siempre, SIEMPRE sirvan lo mismo, sin tan siquiera cambiar algún ingrediente. Y lo peor es que en esos sutiles matices donde introducen el cambio, PUM, coge las llaves del calabozo y desaparece.
Fotografía y banda sonora (**)
Tampoco se puede exigir absolutamente nada en este punto a este tipo de series. Existen planos correctos, suficiente. No quieren hacer peripecias. La única diferencia es que la rodar en muchos lugares abiertos, la serie lo agradece. El no estar siempre en la nine-nine, le siente muy bien, como un buen toque de sal. Pero siempre te quedas con ganas de conocer más una ciudad como Brooklyn.
La música brilla totalmente por su ausencia. Sí que son capaces de dramatizar o incrementar las situaciones cómicas gracias a ella, pero está muy lejos de lo que sería una BSO. Sin embargo, no se puede criticar, ya que cumply y las sitcoms no están obligada a acompañar sus fotogramas con notas que realcen nuestros oídos.
No me importaría estar algunos días detenidos en la nine-nine (***)
Me encanta la sencillez de la serie, puede ser excesiva, pero también las necesitamos. Tiene tantos peros como capacidad de desarrollo y eso me gusta en una serie. Personajes planos como un plato, pero con buenos toques y puntos que los caracterizan. La segunda temporada está en Netflix y queda escrito que os la recomiendo. 20 minutos ligeros de no pensar. No está a la altura de las grandes, pero apunta manera si cuidan de una vez a cada uno de sus ingredientes y nos acaban dando más de lo que nos gusta, pero por fin bien aliñado.
Nos vemos pronto!
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