Con esto, la zona pasará de tener 168 a 208.2 hectáreas, dentro de las cuales no se podrá colocar ninguna construcción turística o de otro tipo.
“Llegó el momento de invertir los términos y poner en primer plano la conservación de la zona”, expresó el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, al firmar el decreto.
Este se aprobó tras una consulta en la que participaron más de 5 mil vallartenses.
El Estero el Salado se encuentra rodeado por la mancha urbana de Puerto Vallarta y el grueso de su extensión corresponde a vegetación de manglar y marismas.
Un ecosistema de este tipo, es esencial para las ciudades costeras, pues evitan la erosión debido al oleaje, y conservan una fauna y flora única, por lo que son protegidos a nivel mundial por la convención RAMSAR de la UNESCO, a pesar de lo cual se encuentran muy amenazados, especialmente en lugares como México donde se da prioridad a infraestructura para el turismo masivo.
Por ello, avances como este, que promueven la conservación, y a través de ello el ecoturismo bajo un modelo de turismo sostenible nos llevan a cambiar el foco hacia modelos de menor impacto.
El decreto, también incluye un cambio en la forma en que se manejará la zona.
Dejará de ser un fideicomiso, y en lugar de ello tendrá autonomía y recursos propios, siguiendo el método bajo el que se manejan los bosques urbanos del área metropolitana de Guadalajara.
El Estero el Salado es parte de los atractivos turísticos de la ciudad, cuyo centro histórico es Patrimonio Cultural de Jalisco.
Otro icónico lugar de México que busca una recuperación ecológica como sitio RAMSAR es el Lago de Pátzcuaro.