Cosas que nunca me dijeron acerca de escribir mis viajes

La vuelta a la tortilla cumple 1 año como blog y si en los primeros 6 meses  íbamos por la vida como pollos sin cabeza intentando asimilar todo lo que teníamos que aprender, ahora hemos tenido tiempo de tranquilizarnos. Entonces aparecieron preguntas y filosofías nuevas y de ello vamos a hablar en este post.



Advertencia: Hay dos libros con los que actualmente estoy muy pegada, uno es Steal Like and Artist de Austin Kleon y el otro es Big Magic de Elizabeth Gilbert, muchas de las cosas de las que hablaré tienen relación con estos dos libros.

Hay dos cosas que he aprendido en este año (así en un gran y simplista resumen), una es que por mucho que leas y que te informes, las cosas las aprenderás cuando tu mism@ pases por ellas.

Y la otra es que mientras más certezas/creencias logres alcanzar, más preguntas empezaran a surgirte en torno a un tema, ósea que no hay dogma exacto si no un camino infinito y diario en el descubrimiento de las palabras.

Por eso al empezar a escribir acerca de mi pequeño aprendizaje en el mundo de la escritura me tengo que desvincular totalmente de los “famosos mandamientos”. No sé que cuales son las respuestas, tampoco soy capaz de intuir el comienzo de las preguntas, solo puedo contar mi experiencia y con ello reflejarme en mis propias palabras a modo de espejo. Nada más.

El genio Creativo:

Cuando me puse a investigar las técnicas principales que recomendaban los expertos bloggeriles para escribir mejor, la que más se repetía como sugerencia máxima absoluta era: tener un nivel de publicación muy alto. El tener uno o dos post por semana debería ser la meta para ejercitarte en esto de la escritura, me daría esa disciplina que tanto necesito y si lograba mantener  ese ritmo, los lectores (esos tan anhelados feedbacks humanos) empezarían a rondar por aquí.

Somos tres patatas aspirantes a viajeros así que la cosa parecía fácil, nos dividimos los meses en cuadriculas pequeñas con títulos desparramados debajo de las palabras “Miércoles” o “Viernes” y empezamos una carrera en contra de la nada para pensar en temas sobre los cuales escribir.

Al principio me sirvió para tener constancia y acostumbrar a mi mente a  mantenerse viajando, pero después de un tiempo parecía como si fuera una obligación (que nos impusimos nosotros mismos). Nos reunimos en un salón en el que el suelo es blanco y negro y pensamos por un momento que era lo que estábamos haciendo y sobre todo el porqué lo estábamos haciendo.

Por leer tantas listas de 10 cosas que../ 15 trucos para…/ 90 formas de… me quedé sin los intermedios, no sabíamos con llegar del punto A al punto B y nos encontrábamos escribiendo los días antes de publicar cualquier cosas que pudiera sonar a algo que ya habíamos escuchado en algún otro sitio. Dejó de ser divertido.

Aqui fue en donde apareció Elizabeth y rellenó esos espacios que habían quedado entre medias y que nos impedían ver el conjunto. Resulta que esto de ser creativo no solo tenía que ver  con un entrenamiento olímpico, sino que también incluía la magia, la paciencia y sobre todo el azar.

La idea principal que nos ayudó a dejar de un lado la ansiedad y preocuparnos más por ser honestos con nosotros mismos al escribir es la siguiente: las ideas van y vienen por el mundo de una manera libre y democrática. Es decir, el hecho de que te sientes en una silla poniendo todo tu empeño en crear no es suficiente, se tiene que activar esa magia que viene de fuera y que no controlamos en absoluto.

¿No es liberador?

escribir viajes


Así que ahora cuando no tenemos idea de lo que vamos a escribir, esperamos a que esa magia que sabemos que esta rondando por el universo se digne a revolotear por aquí, la invocamos, le ponemos velas y cerramos lo ojos. Es decir, no escribimos en el blog a menos de que realmente queramos hacerlo.

Suena algo super obvio pero para mí, al principio fue super fácil imponerme una serie de reglas y estructuras dictadas por personas a las que no conozco y que no me conocen, con lo cual aún teniendo la mejor de las intenciones a lo único que me animaron es a meterme en un bucle que incluía consejos como: escribe cosas útiles, escribe para google, comenta en los blogs, conoce a tú público.

Para resumir soy más feliz ahora que no tengo todos esos condicionamientos, que solo pienso en que escribir para mí es tan necesario como beber agua o como enroscarme el pelo cuando estoy pensando y por eso lo hago, que no hay ningún Gran Hermano vigilándome para que mi rendimiento sea de tal o cual manera y que cuando escuchas voces que no tienen que ver contigo terminas siendo algo que no eres de verdad.

                                                       

No toda la responsabilidad esta en nosotros. Hay que dejarlo fluir.

Otra idea clave en el camino de ser más libre es la que sirve de argumento central al libro de Austin: Roba como un artista.

Obviamente no voy a poder resumir todas las cosas que él nos tiene que decir para ayudarnos con el proceso creativo aquí, pero para que os hagáis una idea se trata de entender que nada es original.

El proceso de creación no esta exento de nuestro bagaje cultural, lo que tomamos de nuestro árbol genealógico, lo que leemos, las películas que vemos, lo que elegimos mirar en la naturaleza. Todo esto se mezcla para dar vida a una idea que es una mezcla de todas estas cosas que ya existían previamente.

Copiar o calcar es de mediocres, pero transformar es lo que hacen los artistas.

Esto me ayudó a desbloquearme en los momentos en que yo pretendía que todo lo que hiciera fuera único, original y novedoso. Al final lo que terminaba era frustrándome al ver que era imposible.

darth vader


Otra cosa de la que tampoco tuve la oportunidad de leer antes de empezar el blog tiene que ver con el impacto que tiene la exposición en nuestra pequeña mentecita. Me sorprende lo mucho que me obsesiona este tema y lo poco que parece importarle al resto del mundo.

Las redes sociales están cambiando para siempre las interacciones entre las personas, si antes tus problemas tenías que solucionarlos cara a cara, ahora los mails y los “whatssups” sustituyen un encuentro de carne y hueso. ¡Ni siquiera nos llamamos por teléfono! Eso influye y muchísimo en nuestra vida cotidiano y creo en lo personal que no somos lo suficientemente consciente de como nos afecta.

¿Alguna vez se han puesto a pensar en todo lo que significa escribir en un sitio en el que cualquiera puede leerte y puede solo con las palabras que quedaron reflejadas en esta porción de espacio opinar de tu mundo en completo?

Es escalofriante y hermoso a la vez.

Por un lado no tienes que tener amigos ni conocidos en los restringidos sitios en los que antes se difundía la información, todo el mundo puede abrirse un blog, todo el mundo puede comentar, tener Facebook y sentirse libre de publicar. Esto por una parte me está llenando de gente hermosa que a lo mejor no hubiera conocido de otra manera, grupos que se reúnen a crear, a escribir, a leerse en voz alta. Funcionan como refugio a una vida que va a una velocidad que no me gusta nada.

Pero por otro lado esta todo tan expuesto y con tal fácil acceso que perdemos la noción de lo que cuestan las cosas. Este cansino modelo de sistema en el que la producción se lo lleva todo por delante.

Me ha pasado que me he encontrado criticando sin ningún tipo de bases a blogs con los que no compartía opinión y que por querer entrar en una categoría imaginaria que me inventé yo misma miraba de reojo algunos trabajos que eran más sencillos. Soy humana, son cosas que pasan.

Reflexionando ahora pienso que es de valientes sacar un pedacito de tu historia y querer compartirla con el mundo, la diversidad nos enriquece y esta en nosotros la opción de leer o no leer determinadas historias con las que comulguemos. Pero regodearnos en las debilidades del otro (cualquiera que sea) es algo que me hizo sentir superficial.

Por un mundo con menos Haters.

escribir viajes


Por favor. Háblame sucio

Esto no es una invitación sexual (o eso creo).

La última cosa que quiero contar acerca de este año de cuentos escritos tiene que ver con las críticas.

Voy a empezar con una anécdota que pasó cuando la oficina de turismo de Lisboa publicó nuestro post en su página de Facebook. Tuvimos un montón de visitas al artículo y la mayoría de gente que comentó en la publicación no tenía ningún blog, simplemente tenían interés o ya habían estado en la ciudad y por eso compartían este espacio virtual.

El primer comentario que nos dejaron decía más o menos lo siguiente “Es una pena que un post tan lindo no se pueda leer por que esta redactado fatal, con faltas de ortografía y desordenado”

Tengo un problema (bueno es un problema depende de como se mire) al escribir de la manera en la que hablo y pienso mezclo mucho expresiones Venezolanas con las palabras y tiempos verbales que se usan aquí en España. Los que me conocen en persona saben que hay varias personalidades de Ori que hablan de maneras distintas dependiendo del contexto. Esto mismo me pasa al escribir y hace que a veces nadie me entienda.

Lo que quiero reflejar con esto es que la crítica de la chica (nada violenta) me hizo que revisara por completo lo que escribí en ese post  y que lo armonizara para que alguien que no este en mi cabeza lo pudiera entender. A veces la gente que esta a tu alrededor o los mismos bloggers que comparten el trabajo que hay detrás de todo esto,  tienden a sobre-protegerte, por eso es esencial que tengas cerca  gente que sepa criticar tu trabajo con honestidad y desde el cariño. Esto es muy diferente de buscar aprobación, se trata de que te complementen para hacerte crecer.

Mi propia Voz

Ahora, un año después mi única preocupación es sentirme cómoda en el lugar donde escribo. Estoy disfrutando mucho de todas las preguntas que están surgiendo y tengo unas ganas enormes de empezar a escribir acerca de mi futura vida nómada.

Espero que vengáis conmigo.

 Música para ser feliz

Un documental

Los mapas más hermosos

Para desbloquear las ideas

Una cuenta de instagram

Un grupo de Fb

Un blog

Un articulo imprescindible

Una charla de TED

Un canal de youtube

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Fuente: este post proviene de vueltaalatortilla.com, donde puedes consultar el contenido original.
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