A veces canto sin pensarlo, duermo en el lado derecho, no me gustan mis piernas y soy adicta a la Coca-Cola. Puedo pasar de la risa al llanto en cuestión de segundos, pero soy más de lo primero? El llanto me lo trago para cuando me quedo a solas, cuando nadie me ve.
Me emocionan las pequeñas cosas, las que pasan de largo en nuestros días sin avisar? Suelo dar la importancia justa a los días que tornan a gris. Me gusta mirar el atardecer. Me pirra el queso, un buen zumo de naranja, la Nocilla, el color azul, el olor de la gasolina?No me gusta la lluvia.
Soy inquieta, cabezota, impaciente e inconformista, pasional y de extremos. Me aburren los términos medios, y la falta de inquietudes?Me molesta el ruido, y las conversaciones vacías.
Me gusta el sabor dulce, la fruta, un vodka con naranja, un buen restaurante. Me gusta la gente que no pretende nada más, que ser ellos mismos. Me gustan los valientes. Me gusta lo sincero, lo transparente, lo directo? Me marean las vueltas y no ir va al grano.
No me gusta cocinar pero me encanta comer. No soporto el desorden y la dejadez. Valoro el tiempo como lo más preciado que tengo, y guardo como oro en paño en mi retina, momentos mágicos. Tengo una válvula en el cerebro que borra las cosas malas. Se me olvidan. Si a veces, me enfado con alguien, tengo que apuntar el motivo del por qué? en minutos se me borra y me quedo sin argumentos? Aunque lo prefiero.
Tengo un escudo para las decepciones, así consigo ser feliz, trago saliva, le quito hierro y pienso en mañana? No me gusta que me pregunten más de la cuenta, ni que se interesen más de lo necesario. Soy más yo que nunca, cuando estoy rodeada de mi gente, me agobian las multitudes?
A veces mi espontaneidad, me hace meterme en jardines de donde luego es difícil salir, pero no deja de hacerme gracia? Lloro con un simple gesto y me río en momentos duros.
Como decía Clark Frank: ?Todo el mundo trata de realizar algo grande, sin darse cuenta de que la vida se compone de cosas pequeñas?.
Voy a aplicarme el cuento?
¡Feliz jueves!