Nuestros días de desconexión tenían otros planes que según se iba acercando la fecha se tuvieron que cambiar y apuntito estuvimos de tampoco poder ir, cada vez acortando días de vacaciones y a última hora nuestra elección fue un mini-crucero por el Danubio Azul con paradas en Budapest, Blatislava y Viena en plena efervescencia navideña, buena idea. la verdad, a parte que a mi me gusta la Navidad, es una manera de entrar en las ciudades con un colorido mas vistoso a lo habitual y con sus calles llenas de vida. En esta entrada además de despejar la mente a lo largo del Danubio, enmarcado por el explendoroso horizonte de sus riberas, encontrando una gran variedad de paisajes, visitando ciudades históricas, con su arquitectura monumental, palacios y monasterios, yo os voy a contar un poco lo relacionado con el tema gastronómico, como vengo haciendo en nuestras escapadas hasta ahora. El año pasado disfrutamos de unos días mas y fuimos afortunados de poder ver en encendido del Árbol del Rockefeller Center, un par de años atrás, coincidimos toda la familia visitando los mercadillos navideños de Colonia.
Nuestra primera noche en el barco fue el 6 de diciembre y se celebraba San Nicolas. En base a la vida de San Nicolas, un obispo católico que vivió en el siglo IV, se concibió el moderno Santa Claus y Papá Noel. La noche de San Nicolas se reparten dulces y naranjas, tradición que viene de la época del comunismo que eran muy escasa y era un bien muy preciado; En nuestro camarote nos dejaron unas chocolatinas de lo más divertidas.
En nuestra primera parada visitamos San Andrés, un pintoresco pueblo con aires mediterráneos de callejuelas adoquinadas conocida como la ciudad de los artistas, con un mercado artesanal de Sztendre, que ya me hubiera gustado pasarme todo el día. Las fotos que os muestro arriba son de nuestra visita al Museo de mazapán, increíble las figuras que realizan con mazapán, verdaderas obras de arte; Y para combatir el frío, bueno, el frío y probar unas de sus increíbles tartas, hicimos un pequeño receso en la Cafetería del museo, muy acogedora, un imprescindible si pasáis por allí.
Según nos informaron se comen muchos dulces, es habitual empezar el día con una tarta, pasando con otra con el café y para terminar el día con otro trozo de tarta, todas bien calóricas para combatir el frío (solo me faltaba a mi tener que añadir esa escusa para comer tarta :) Apenas si comen ensaladas y hasta hace poco la que comían la llamaban "ensalada mediterránea" que precisamente nos la sirvieron uno de los días en el menú en el barco, lechugas variadas, tomate, pepino, y unas pocas judías, aliñadas con aceite de girasol, ya que los girasoles crecen muy bien en sus campos y el aceite de Oliva puede subir un litro a 10,00€. sus platos principales son carne con carne, y bastante picante, doy fe de ello. En las celebraciones se brinda con vino, nada de cava.
La visita a Budapest iluminada increíble, a las 16,00 ya es de noche así que hay tiempo de disfrutarla y admirarla desde todos los puntos. No perderse las vistas panorámicas en la zona de Pest y el Bastón de los Pescadores en la orilla opuesta, la zona de Buda.
En uno de los mercadillos navideños vi ésta "casita" que dentro decoraban galletas; porque mi marido me estiraba, que me estaban dando unas ganas de entrar y coger una manga. Tengo una petición: -Sr. Alcalde de Palma, podría proponer montar una caseta de estas en la Plaza Mayor durante las Navidades?
Dejando las galletas a un lado, tanta caminata, y tanto frío, nos animamos con este pan relleno de sopa Goulash, que picante estaba!!!, acompañado de un poco de vino caliente; El año pasado lo preparé en casa, lo publiqué en este enlace del Calendario de Adviento en mi cocina 2015 por si alguien le apetece prepararlo.
Si la visita a Budapest nos maravilló, el colofón fue contemplar la ciudad iluminada mientras salíamos del puerto de Budapest iniciando la navegación hacía Bratislava.
Ya en Bratislava, un breve recorrido por la antigua ciudad de coronaciones imperiales, y el tiempo libre en los Mercadillos Navideños!!! Pero primero a reponer fuerzas en las Histórica pastelería Konditorei, cerca de la Plaza del Ayuntamiento, su decoración espectacular, su vajilla y cristalería divinas, y su capuchino y brownie de semillas de amapola y chocolate blanco, hay que probarlo!, visita obligada a los baños, y poder disfrutar de las habitaciones y estanterías llenas de tazas, platos, cafeteras... Hay otra pastelería justo en la plaza, Cafe Mayer que es la mas antigua, no podíamos zamparnos un trozo de tarta de cada una, así que nos pareció mas bonito el edificio de Konditorei y su pastelería no nos defraudó.
Por supuesto me siguen persiguiendo las galletas y esta vez no me reprimí y me compré un par para probarlas. Después del recorrido por varias plazas y mercadillos, nos quedamos en la plaza del Ayuntamiento donde un coro Gospel entonaban clásicos y conocidos villancicos, disfrutamos y animaron a todos los presentes. Antes de nuestra vuelta quisimos probar estas "tortitas- plackas" que había en muchos puestos con patatas pajas, cebollas, queso.... buenísimas, acompañadas con un "mojitopünch"
Ya de recogida nos cruzamos con este autobús navideño, y no pudimos resistir la tentación, nos costó entendernos, pero el regreso era al mismo lugar y nos animamos. Todo el recorrido amenizado con lo que nos imaginamos eran villancicos navideños en eslovaco. Tengo una segunda petición al Sr. Alcalde de Palma, -podría proponer decorar un autobús de Linea como este, que hiciera recorrido por nuestras calles durante las fiestas.
Y nuestro último día, Viena, es poco tiempo para visitar esta ciudad Imperial, pero todo esta muy cerquita, mientras visitamos palacios, museos... en cualquier recodo de su calles, vas encontrando mercadillos; Decidimos ir primero al Hotel Sacher, para evitar helarnos en las grandes colas que se forman para probar la famosa tarta. A primera hora de la mañana no hicimos cola, pero si nos decepcionamos, siento que después de lo que todos van contando sobre esta tarta, sea yo la que diga esto, cubierta perfecta, pero por dentro reseca, que le voy hacer no nos gustó demasiado, y ya nos desmereció el lugar, igual la tenía demasiado idolatrada.
Para comer nos habían recomendado comer el Schnitzel Wiener en Figlmüller, muy cerca de la catedral, cuando llegamos había que reservar, por lo visto es el mas antiguo y hay que ponerse con tiempo, pero no preocuparse justo al salir del callejón a la derecha, unos metros y nos encontramos con otro Figlmüller, un poco mas grande, pero también muy recomendable, el lugar, con estilo, el servicio bueno, y la comida también, así que si queréis probar este típico "filete rebozado" no dejéis de pasaros, eso si, no pidáis demasiados platos porque es muyyy grande.
Por la tarde decidimos acercarnos al Café mas antiguo de Viena, y si tuviera que elegir entre el Hotel Sacher y el Café Central, volvería aquí, un lugar con historia, con un pianista amenizando la fría tarde, y en el centro podrías ver y escoger tu pastel, como veis yo elegí unos navideños rellenos de una mousse de chocolate espectacular.
Por estos parajes hasta las rosas de los jardines tienen frío y las cubren para evitar que se hielen;
Y esto parece recochineo, tienen basculas por las calles!!! Sres. vieneses si tienen esas delicias en sus pastelerías, después no nos pueden hacer cargo de conciencia.
Y en las visitas a los mercadillos probamos el Orange Pünch para entrar en calor, al llegar lo preparé en casa con la receta de una revista que me traje, estar atentos, mañana lo publicaré.
El viaje lo contratamos con Polytours, por si os apetece, que era nuestro primer crucero fluvial y nos gustó la organización y la atención recibida por el equipo de Polytours, aunque ya no esteís a tiempo de hacerlo para estas navidades, llevan varios años organizándolo, y en verano también hacen la misma travesía.
Feliz Navidad!