M e gusta utilizar una expresión, bastante cómica, cuando tengo algún pequeño problema que resolver y en ese momento no me apetece, o cuando hay algo que hacer y lo quiero dejar para más tarde. Esta expresión es -Qué se ocupe mi “yo” del futuro-.
Y precisamente este escrito es para mí, pero para el que vuelva del Gran Viaje, para mi “yo” súper futuro. Por eso esto solamente lo leeré una vez y no volveré a posar mis ojos en el hasta que haya vuelto o sea el momento adecuado.
Tenía ganas de poner ciertos pensamientos por escrito, y plasmar en algún lugar todas las cosas que se me pasan por la cabeza en estos momentos tan decisivos. Así también si alguien lo lee puede saber como me siento justo antes de partir y le puede ayudar en algo.
Estoy a escasos 4 meses de iniciar una aventura que jamás pensé que se fuese a materializar de verdad, teniendo que dejar todo lo que conozco y lo que estoy acostumbrado de lado.
El punto clave ha llegado, en estos momento ya tenemos fecha de partida con billetes comprados. Tenemos que dejar el piso que se ha convertido en nuestro hogar durante 2 años y deshacernos de cosas que son parte de nuestra vida ahora.
Es lo que toca en este momento, pero eso me provoca una ansiedad terrible. Voy a dejar de lado todos los logros conseguidos hasta ahora por un proyecto que no sé si va a salir bien o no. Y esto es lo que más miedo me da.
Tengo asumido que es lo que quiero hacer, de una forma razonada y pensada. Pero la sensación de miedo ante algo desconocido es algo que no se puede controlar, y aparece en los momentos más inoportunos e inesperados.
Tengo miedo de que las cosas no salgan como las hemos planeado, de tener problemas en el viaje… Todos los miedos que se tienen cuando viajas, que son muchos y variados. Y que muchas veces te atenazan y te paralizan.
No soy de esas personas que tienen miedo a los cambios o a las cosas nuevas, pero si soy un poco pesimista en la vida. Eso me lleva a pensar y ver siempre el lado más negativo de las cosas. Imagínate cuando emprendes una aventura así, la lucha interna que tengo cada día conmigo mismo para ver todas aquellas cosas positivas que puede proporcionar este viaje y no caer en el fatalismo.
Porque cuando eres una persona pesimista el mundo lo ves de otra manera. Ves peligros y catástrofes donde no los hay. Y todo se convierte en una constante batalla para no ver siempre el lado malo de las cosas. Aprendes a ver las cosas positivas. Es un aprendizaje permanente y no se puede bajar la guardia.
Una vez me dijeron que el miedo es una reacción bastante natural a lo desconocido, pero que el truco esta en no hacerle caso. Hay miedos que son lógicos, pero que normalmente los miedos son bastante irracionales y saber convivir con ello pero prestándole atención solo cuando la merecen. No es plan tampoco de ser un inconsciente.
Parece que hablo mucho de “miedo” en esta pequeña carta, pero es normal, es algo que ha dominado mi vida en mayor o menor medida desde que tengo uso de razón. Y me gustaría que este viaje te diese las herramientas y la experiencia para dominarlo y tenerlo bajo control.
Si dentro de un tiempo cuando el gran viaje haya terminado este objetivo lo he conseguido, todo esto habrá servido la pena.
Después de toda esta disertación sobre el miedo y sus cosas, me parece que debo comentarte todas las cosas que no me dan miedo. Es lo justo.
Y una de ellas es las personitas que van a hacer este viaje conmigo. Almu y Ori. Ellas son el motor de este gran proyecto y a las que estoy agradecido de poder compartir todo esto con ellas. No te creas que ha sido fácil llegar hasta aquí. Es importante recordarte que había otras personas adheridas a este viaje y que por unas causas o por otras se bajaron del carro.
Esas personas fueron una gran decepción para mí, porque sentí que me habían engañado. Es lo que más duele de situaciones como está. Cuando piensas que las personas son de una manera, que crees conocer y apreciar, de repente te muestran su verdadera cara y todo se vuelve complicado y desagradable.
Pero como dicen que de todo se aprende, yo también he aprendido un par de cosas de estas experiencias. Ahora en mi vida solo quiero a aquellas personas que se presenten como ellos mismos todo el tiempo, no me interesa que finjan ser algo que no son. Ni que me doren la píldora el tiempo que estamos juntos. Ni yo a ellos. Quiero que todos sean ellos mismos el 100% del tiempo, y completamente sinceros.
Es difícil porque siempre se tiende a querer agradar a otros, a querer encajar y para eso a veces tienes que dejar de lado tus manías y tus excentricidades.
Pero en este punto, quiero que las personas a mi alrededor sean ellas mismas, con sus problemas reales y con sus manías. Diría que quiero a mi alrededor gente “auténtica”, pero si te digo la verdad odio esa palabra con todas mis fuerzas, prefiero utilizar una más amplia en todo su significado y es “Ser humano”.
Quiero “seres humanos” a mi alrededor.
Me desvíe un poquito del hilo de mis pensamientos pero esta bien que esto haya salido fuera de mí. Parece que estaba ahí enquistándose un poquito.
Hablaba de mis dos personas favoritas de este mundo. Ya las conoces y probablemente cuando termine el viaje las conocerás mejor y más profundamente. Espero y esto es un deseo, que estés a su altura en todo momento. Almu y Ori se merecen que dé lo mejor de mí mismo en todo momento, porque ellas así lo hacen. Así que espero no defraudarlas en ningún momento y que puedan sentirse orgullosas de mí como yo lo siento por ellas.
Igual me he extendido más de la cuenta, pero creo que todo lo que quería escribir, está escrito. Me doy por satisfecho con esta parrafada.
Cuando la leas dentro de X tiempo espero recibir contestación.
Pd: Espero que Almu haya aprendido a montar en bicicleta y Ori sea súper ordenada.
En Madrid a 20 de Enero de 2016
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