Artículo invitado redactado por Israel Guerra.
En ocasiones, cuando nos planteamos nuestro próximo destino vacacional, queremos descubrir algo totalmente nuevo, algo que realmente marque una diferencia con el resto de viajes que hayamos realizado, un nuevo espacio que nos haga sentirnos unos auténticos privilegiados por ser habitantes de este hermoso planeta.
Esta sensación se obtiene cuando se pasea, se observa, se siente el verdadero norte, cuando viajas a países como Islandia o Noruega, sobre todo si lo haces de la mano de una agencia como Arctic Yeti, especializada en estos destinos norteños, salvajes, completamente naturales y realmente hermosos.
En este artículo vamos a profundizar en uno de estos dos destinos, Islandia, por ser aún más salvaje y extraña al turista, por esconder unos paisajes que podrían pertenecer a cuentos de fantasía o a planetas por explorar, por ser una tierra de contrastes extremos, del fuego de sus volcanes al hielo que todo lo rodea, un lugar que pone música en tus oídos gente como Björk o Sigur Ròs mientras observas embelesado la danza de dragones luminosos, las auroras boreales.
Qué ver en Islandia, naturaleza salvaje en estado puro
Exactamente eso, la más pura y salvaje representación de lo natural, de la belleza más sublime en espacios abiertos, un destino ideal para el mochilero, para aquel para quien la búsqueda de libertad es el destino primordial de una escapada vacacional.
Existen dos formas para viajar a Islandia, por un lado, con las excusiones que te prepara la agencia de viajes Arctic Yeti, que te llevará a los lugares más espectaculares de Islandia, lo que incluye el famoso círculo dorado, la ruta turística que recorre el corazón de la isla desde y hasta Reikiavik, su capital, y desde la cual parten las mejores excursiones y actividades turísticas que ofrece este país.
La otra forma es por libre, alquilando un vehículo o con la mochila en los hombros y con ganas de caminar y hacer autostop.
Una forma de viajar libremente, sin prisas, descubriendo por uno mismo, y sin miedo a perderse, todos los encantos, misterios y belleza que ofrece Islandia.
En cualquier caso, estas son algunas de las cosas que no debemos perdernos en nuestro viaje a Islandia.
Cascadas
Podemos empezar viendo el espectáculo multicolor del arco iris que se crea alrededor de la Cascada Gullfoss, una doble e impresionante caída de agua, que es uno de los monumentos más visitados de Islandia, creado a partir de la ruptura de las placas tan habituales en el paisaje islandés.
Son muchas las cascadas que podemos observar en esta isla norteña.
En Svartifoss se encuentra la cascada negra, dentro del espectacular Parque Nacional de Skaftafell, su nombre es debido a que el agua se deja caer entre columnas de basalto.
La cascada se Skogafoss es otra de las más conocidas por su espectacularidad, ya que el río Skógá rompe un muro de roca para que el agua salte por encima de una meseta cayendo en una llanura, lo que la hace visible desde varios kilómetros de distancia.
Trekking
Además de ver caídas de agua, Islandia es el lugar perfecto para caminar, siendo el paraíso de aquellos que realizan trekking, y es que los caminos no presentan grandes elevaciones, por lo que se pueden cubrir grandes distancias sin demasiados esfuerzos.
Excursiones por Landmannalaugar son del todo imperdibles, pues el caminante paseará entre volcanes y glaciares de gran belleza.
Y es que la palabra belleza es la que más se nos puede venir a la cabeza cuando nos encontremos paseando por estos parajes, la pureza de la Laguna Glaciar Jökulsárlón con sus bloques de hielo flotando por todos lados te dejará sin aliento.
Lagunas
Un recorrido por lagunas es otra de las actividades inevitables que ofrece el turismo de Islandia.
Lagunas como la mencionada en el párrafo anterior, o la de Fjallsárlón, e incluso aquellas que son de aguas termales, como la Laguna Azul, ideal para tomar un baño caliente al aire libre de forma natural.
Son muchas las lagunas termales distribuidas por la isla, pero no en todas está permitido el baño, observemos antes de meternos si no hay un cartel que lo prohíba explícitamente, y si tenemos dudas, mejor preguntar a algún lugareño.
En busca de ballenas
También podemos subir a un barco, si es ecológico mejor, y salir a buscar ballenas o los famosos frailecillos cuando navegue cerca de la costa.
Cuando caminemos por el interior, no debemos perder la oportunidad de tumbarnos sobre la suave y acolchada capa de musgo que cubre la mayor parte de la isla.
También es obligado un recorrido por el campo de lava de Dimmuborgir para quedarse alucinado con las formaciones que ha dejado este cuerpo incandescente en su recorrido.
Son tantas cosas las que podemos hacer en Islandia, la mayoría, eso sí, relacionadas con el entorno natural tan fabuloso que tiene…
Volcanes
¿Seguimos? Pues entonces subiremos al mirador del volcán Eyjafjallajökull, sí, ese que hace bien poco corto el tráfico aéreo porque expulsó una gran cantidad de ceniza.
También podemos caminar por debajo de la cascada Seljalandfoss y cerca de aquí una cascada interior preciosa nos espera; Gljúfurárfoss, aunque advertimos que habrá que mojarse un poco los pies.
Nos quedará visitar Hverir, un lugar que podría formar parte del infierno, pues está lleno de calderas de lodo y fumarolas apestando a azufre.
También nos quedarán las columnas de basalto de Kirkjugólf en Kirkjubjarklaustur, observar fascinado desde el mirador Hakio el gran Lago Pingvallavatn, que es el lago más grande de origen glaciar ubicado en Islandia, etc., etc.…
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