¡Saludos viajeros, Calderer@s!
Tras tres días de fiebre angkoriana visitando templos escondidos en la jungla sin parar, nuestra compañía giraba los pies hacia el sur, rumbo a la costa de Sihanoukville donde algunos de nosotros esperábamos pasar unos días de playa, sol y relax y otros nos emocionábamos con la idea de ver el mar del Golfo de Tailandia por primera vez.
Debido al estado de las carreteras y la escasez de tiempo de nuestras compañeras de viaje, decidimos hacer el recorrido de la distancia que separa a Siem Reap de Sihanoukville en avión para aprovechar al máximo el tiempo.
Atrás dejábamos la turística y ajetreada Siem Reap, con su Pub Street y sus boutiques de lujo, sus mercados, sus cientos de hoteles y restaurantes de todos los precios, y sus niños (y niñas) trabajando en la calle hasta altas horas de la noche.
Aeropuerto de Siem Reap
El aeropuerto de Siem Reap es más bien pequeñito (y teniendo en cuenta que yo vivo en Granada, eso significa que es MUY pequeño, jeje) pero cuando estuvimos estaban de obras por lo que quizá lo estén ampliando o al menos remodelando.
Los baños públicos están fuera del edificio de salidas internacionales, y si como era nuestro caso, pretendéis tomar un vuelo nacional, no intentéis llegar a la terminal desde el interior del edificio. La terminal de vuelos nacionales está en un edificio contiguo al que hay que ir andando por fuera.
Lo curioso es que pregunté a varias personas en el interior de la terminal de vuelos internacionales y todos nos mandaban por dentro, hasta que finalmente una chica de una compañía aérea nos lo explicó bien. Para ser un aeropuerto tan pequeño es bastante caótico.
El vuelo a Sihanoukville
El vuelo es realmente corto y a la vez impresionante.
Si no hay nubes muy bajas, desde la ventanilla del avión vas viendo la jungla de los varios Parques Nacionales que hay al norte de Sihanouk y de hecho, se aterriza justo al lado del Parque Nacional de Ream, que no pudimos visitar por falta de planificación. :(
La duración del vuelo es realmente corta. Prácticamente no te da tiempo ni a quitarte el cinturón. Cuando se apaga la luz de uso obligatorio del cinturón, indicando que se ha alcanzado la altura de vuelo, pasan un carrito, te dan una botella de agua y ale. Vuelta a encender la luz de abróchese el cinturón y todos para abajo.
Volamos con Cambodia Angkor Air y en realidad todo muy bien, los asientos cómodos y espaciosos (mucho más que en los vuelos intercontinentales de China Southern) pero nos fastidiaron un poco los planes con el cambio de horario que nos hicieron en el vuelo.
El vuelo estaba previsto que llegase a Sihanoukville a las 15:15 de la tarde. Pero con el cambio de horario llegamos casi a las 17:00, con lo cual, tras los 15km en taxi hasta el pueblo desde el aeropuerto, cuando llegamos era noche cerrada, y el punto de información sobre el parque nacional de Ream estaba cerrado.
Transporte desde el aeropuerto de Sihanoukville
Desde el aeropuerto de Sihanouk hasta la villa, hay aproximadamente 15km de distancia.
En la puerta se puede tomar un minibus que cuesta la desorbitada cantidad de $8 por persona (comparativamente hablando con otros precios que hemos visto en Camboya).
Es la mejor opción si viajamos solos, pero si vamos 4 personas, como era el caso sale mejor coger un taxi que cobra $20 en total por el trayecto completo, con lo que nos salió a $5 por persona.
Aunque ¡OJITO! A mitad de trayecto el taxista intentó cobrarnos $5 más porque íbamos a dos hoteles distintos. Nos pusimos un poco chungos en plan “no nos la das” y rápidamente cambió de tema, con un “no problem” y unas risas, pero vamos… que el intento de timarte te lo hacen.
Dónde alojarse en Sihanoukville
Las opciones para alojarte en Sihanoukville son casi infinitas. Las hay de todos los gustos, colores y por supuesto…precios.
Si lo que buscas es vida nocturna y acción, la zona del centro o de la playa de Serendipity es tu mejor opción. Los precios son moderados y el bullicio está garantizado. ¿La pega? Que la playa de Serendipity no es la más limpia del mundo debido precisamente a la proliferación de bares y hoteles a lo largo de la linea misma de la costa.
Si lo que queremos es una playa realmente paradisíaca más nos vale acercarnos a la zona de Otres Beach donde hay albergues y guest houses aunque está bastante apartado. Si lo que buscas es poder descansar por la noche ¡esta es tu opción!
En esta etapa del viaje nos separamos en dos hoteles diferentes atendiendo de las necesidades viajeras de cada integrante del grupo. Dos personas se alojaron en el lujoso Ren Resort justo al final de Otres Beach, totalmente alejado del bullicio y los mochileros, y con una franja de playa exclusiva para el hotel. El precio de una habitación doble son 69€ con todos los extras incluidos. En términos de coste de vida en Camboya es un precio desorbitado, pero ese mismo hotel en Europa igual cuesta 200€ o 300€ la noche.
Por nuestra parte, nosotros nos quedamos en el genial Mushroom Point un hostel compuesto de bungalows hechos de bambú con forma de champiñón. Existe la opción de alojarse en un dormitorio común, pero nosotros elegimos un bungalow doble por 13,5€ por persona. He de decir que con el tormentazo y la cantidad de agua que cayó esa noche, estaba convencida de que nos mojaríamos mientras dormíamos, pero no… el techo de bambú aguantó como un campeón.
Otro plus son las mosquiteras, que realmente cubren toda la cama, lo cual no es siempre el caso, y la chica de la recepción que es un cielo de mujer.
Frente al hostel hay un restaurante que lleva el mismo nombre, y que, aunque un poco subida de precio, sirve una comida espectacular y abundante.
Qué ver y hacer en Sihanoukville
Sihanoukville es básicamente un destino playero y eso es, en resumidas cuentas, lo que podemos hacer.
Buscarnos una hamaca o directamente tirarnos en la arena, dejar que nos acaricien los pies las olas del mar con su vaivén, tomarte un cocktail mientras miras en lontananza como una tormenta monzónica descarga en mitad del océano, caminar varios kilómetros de playa de arena blanca descubriendo tipos de algas, moluscos y peces que nunca antes habías visto (y también algún que otro montón de basura, que todo hay que decirlo).
Mujer arreglando calamares para asarlos a la parrilla
Foto by Luisma
En definitiva, parar el reloj, respirar y relajarte y descansar. Y retomar fuerzas comiendo un rico plato de marisco salteado con pimienta verde kampot.
Os contaré que a pesar de la tormenta implacable de la noche anterior, el día amaneció despejado por lo que nos pasamos la mañana tumbados a la bartola en la playa de Otres. A medio día decidimos acercarnos a uno de los chiringuitos a por un batido de coco y el sitio era tan agradable, que ya nos quedamos allí todo el día. La verdad es que hay varias opciones pero os recomiendo que probéis el Sunshine Café pues no pudieron ser más amables con nosotros.
No movimos el culete de nuestros acolchados sillones hasta que empezó a llover. Pensando que venía de nuevo el monzón, levantamos campamento, pero pronto nos dimos cuenta de que había sido una falsa alarma y aprovechamos para dar un paseo por la playa para ver atardecer.
Por la noche fuimos a cenar a la zona de Serendipity, pero parece que escogimos mal el lugar, pues aunque nos sirvió el regateo en el precio de la cerveza, no nos fue bien con la comida que no solo era cara sino que muy escasa. Ni siquiera recuerdo cómo se llamaba el lugar, simplemente id con ojo pues parece que en esa zona las “tourist traps” están más a la orden del día.
Además se puso a diluviar así que nos recogimos pronto cada uno a nuestros respectivos hoteles, para descansar pues al día siguiente dábamos un salto a nuestro siguiente destino en Camboya, la isla-paraiso de Koh Rong.
Un punto negativo a señalar sobre Sihanoukville es que, a pesar de la belleza de estos recovecos paradisíacos, la basura está presente en todos lados. No sé si la trae la marea, o directamente los hoteles lo tiran todo donde pillan, pero es una pena y un problema que irá a más conforme crezca el turismo en Camboya.
Quizá no sería mala idea que los propios viajeros hiciésemos un poco de presión en este aspecto para conservar estos rincones tan hermosos como lo son en la actualidad.
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