Cambio el no por un SÍ

¿Dónde y por qué surge el cambio femenino?

Muchas veces escuché decir a mis amigos que cuando la mujer va a la peluquería y se hace un cambio de look radical lo que está buscando en realidad puede variar desde el hombre que la acompaña hasta el trabajo, lugar de residencia o hábitos alimenticios.

Hoy me detengo en esta cuestión: sí, la del cambio, casi permanente. Y lo hago porque también en mi presente quiero renovarme.

¿Será que la rutina nos castiga, poniéndonos de mal humor?

¿O por estar pendiente de lo que hacen los demás, nos comparamos, castigamos y obligamos a evolucionar a cualquier precio?

¿En qué momento se ocasiona el quiebre que nos indica hacer un canje, incluso, hasta con nosotras mismas?

Uno de los factores que puede ser determinante para el nacimiento de este sentimiento puede ser el laboral. Sentirse conforme con nuestra performance profesional, tener objetivos  claros en el trabajo o alimentar el interés por el área que siempre nos apasionó muchas veces puede volverse sólo un sueño difícil de cumplir.

Otra cuestión capaz de despertar nuestro instinto de conversión puede ser la pasional. Estar en pareja, en algunas oportunidades,  se convierte en algo más complicado que estar en medio de una dieta con miles de dulces alrededor. 

Ponerse de acuerdo, compartir intereses, desear caminar a la par (y no uno delante del otro) es algo que puede invadir el pensamiento más recóndito al que podamos tener acceso.

Y uno de los motivos mas difíciles de poner en claro (a mí entender) es el impregnado en nuestra condición inherente de ser mujeres. 

Sí, el sexo femenino tarde o temprano busca, siente y confronta con su propio ser, y en muchos momentos lucha internamente con sus miedos, inseguridades, falta de deseo y fantasmas que nos exclaman el cómo hacemos las cosas.

¿Estas sensaciones marcan la necesidad de expulsar recuerdos que perturban nuestro equilibrio personal? 

¿Aunque ni sepamos con exactitud cuáles son?

¿Si deseamos cambiar estamos frente a un problema de identidad? ¿O la histeria femenina nos pasa factura?

En medio de tantas preguntas, lo único que tengo en claro es que cuestionarse ayuda a mejorar muchos de nuestros aspectos personales. Por eso pregúntate y replantea cada paso que des, porque puedes confirmarlo y volverlo a elegir, aunque sea de forma distinta.

¿Tú, en qué porcentaje te consideras versátil?