Salon des Fleurs
Nuestra primera cafetería secreta de Madrid. Situada en la calle Guzmán el Bueno, esta cafetería es el sueño de cualquier fan de Alicia en el País de las Maravillas.
Tras su puerta de color rosa se esconde un preciado tesoro. Una cafetería que es a la vez floristería, y que exhibe sin pudor tartas que nos hacen relamernos.
Y si somos afortunados, podremos degustarlas en una butaca de su pequeño salón
El salón está decorado con esmero, butacas dispares, relojeros locos y arreglos florales nos acompañarán.
Y si el café no os gusta demasiado, no os preocupéis, la oferta de tés e infusiones es deliciosa.
El Jardin Secreto
En mi primera visita, no podía dejar de mirar a todas partes. Cientos de objetos dispares, que bien podrían haber conformado un despropósito, pero se han unido para crear un pequeño oasis en medio de una calle gris.
Luces multicolores, peluches, letras… y una carta muy loca. En su menú de meriendas os toparéis con algunos nombres que casi nos hacen sonrojar, pero que son parte de la seña de identidad de este bar de la calle Conde Duque.
Un lugar único, en el que conviven primeras citas, con reuniones de amigas, y que es perfecto para transformar una de esas tardes aburridas de invierno en un día especial.
Mama Framboise Jorge Juan
Ya conocemos las delicias de Mamá Framboise. Seguramente más de uno se habrá chupado los dedos con sus pasteles. Pero si además combinamos esta maestría culinaria con un local bonito, lo tenemos todo.
Y es que el local de la calle Jorge Juan parece que ha sido decorado por un amante de la Capadocia, o quizá por un ávido lector de Julio Verne. ¿Por qué?
Porque su techo lo sobrevuelan una acumulación de pequeños globos aerostáticos de estilo vintage que parecen haberse detenido un momento antes de continuar su exótico viaje.
Café del Jardín
En plena Malasaña y dentro de un museo encontramos esta deliciosa cafetería.
Tendremos que trasladarnos hasta el Museo del Romanticismo.
Si optamos por probar sus deliciosas tartas, os recomendamos que lo hagáis precisamente en el jardín que le da nombre a este pintoresco lugar.
Os encontraréis mesas rodeadas de exuberante vegetación, podréis saludar a algún que otro querubín de piedra, y sin duda, comeréis en la vajilla más romántica que podáis imaginar.
Una experiencia para todos los sentidos, ¡especialmente para el gusto!
Esperamos que os guste nuestra pequeña selección de lugares secretos en la capital.