De aquella primera visita aún conservo una estalactita que despegué de la pared de la gruta, no sin después haberme enterado de que tardan siglos en formarse, por lo que hubiese sido mejor haberla dejado ahí colgando... Sea como sea, creo que a todos las cuevas nos sugieren ese punto de intriga por lo desconocido.
Para mostraros lo espectaculares que pueden ser algunas, aquí os dejo cinco buenos ejemplos:
1: Cuevas de Waitomo, en Nueva Zelanda: estas maravillosas cuevas de roca calcárea forman uno de los espectáculos de luz natural más bonitos de nuestro planeta. Esto se debe a unos gusanos que emiten luz y que habitan colgados del techo de las cavernas, formando hilos de luz que crean conjuntos luminosos inimanables.
Os dejo un vídeo que aunque está en inglés, merece la pena para admirar este bonito paisaje:
2: Grutas de Cacahuamilpa en México: consideradas las grutas más grandes del mundo, su superficie alberga túneles de aproximadamente 10 km de longitud, además de amplios 'salones' en los que la luz se filtra a través de una altura considerable (de 30 a 70 m) y se encuentran estalagmitas y estalagtitas de dimensiones gigantescas.
3: Gruta de Jeita en Líbano: está formada por dos grandes cuevas de piedra caliza y es considerada como una de las grandes maravillas de la naturaleza (candidata a las 7 maravillas del mundo natural por Asia). En su interior se hayan estructuras gigantescas que forman un paisaje inigualable que, junto con un río navegable, hacen de este lugar un gran atractivo turístico para la región.
4: Cueva del Lago Azul: situada en Brasil, alberga un lago de 70 metros de profundidad que, por su color, da denominación a esta parte del subsuelo selvático del país sudamericano. Además del colorido, su belleza radica en la luminosidad que entra a ciertas horas, produciendo efectos lumínicos espectaculares.
5: Cueva de los cristales gigantescos en México: quizá la más espectacular por sus misterioros cristales de yeso, los más grandes del mundo, fue descubierta en el año 2000. El tamaño de esta gruta es de unos 50 metros de largo por 30 de ancho y se estima que, por su humedad y sus frías temperaturas, el ser humano no puede permanecer dentro de ella más de dos horas. Sin duda, todo un universo por descubrir.