Tres eran los motivos de mí ansiada espera, el primero, por su chef Pedro Gallego, segundo por el asesor de las propuestas, cocinero y propietario del grupo Triciclo, Javier Goya, y por último, los propietarios son los mismos que Rocacho.
En el número 4 del paseo de la Castellana, tenemos que descubrirnos y quitarnos el sombrero, al encontrar un espacio tan singular. Anteriormente fue un restaurante italiano, La Nicoletta, de ella no ha quedado nada. Todo el local ha sido reconstruido de nuevo, para crear diferentes espacios donde disfrutar de experiencias gastronómicas en sus diferentes ambientes y zonas, en todos ellos, pondremos Las Manos en la Mesa.
Nada más adentrarnos en el vestíbulo, ya te da rico, un aroma fresco se manifiesta en los primeros instantes. Tu mirada querrá revelar todos y cada uno de los rincones que aguarda este extraordinario restaurante. Date tu tiempo, si te preguntas ¿tiene barra?, por supuesto, en el -ecuador del local- y en forma de medialuna, con butacones altos, perfecto para los primeros tragos, y la práctica del -pica-pica-.
Su decoración es molona, simpática, -a la par de elegante-, muy ponible. Salpicada de finos detalles “mires a donde mires”. Vamos, de los que vas a quedar bien si llevas a alguien por primera vez. Te has ganado “UN LIKE”.
¿Hablamos del servicio?, antes de que se me pase, nos atendió Cesar, en la zona de la chimenea, su atención fue un “primor”, extraordinario servicio, profesional que tiene ganas de gustar, hacerlo bien, y eso se nota.
Que tal cortafuegos si empezamos con la comida, vamos pues…
Croquetas cremosas de jamón ibérico. Ya sabemos que es muy clásico, pero gusta.
La mayonesa, confiere un punto más de cremosidad aportando potencia y prolongación de sabor. Suave, jugoso, es delicioso.
Esta salsa finaliza en el plato, vertiéndose alrededor de la lasaña, quedando como una crema que empapa su base. Así, es más suculenta.
Toma la cabeza y aplasta con la ayuda de la cuchara, extrae toda su esencia y repártela. Con la carne de este excelente marisco, trocéala y mézclalo. Ante la intensidad del guiso, el marisco aporta equilibrio y delicadeza.
Tierna, jugosa, y sabrosa, que más puedes pedir, que no se te olvide.
Viene acompañado de un cremoso helado de yogur con frutas del bosque. Perfecta para los que no somos muy golosos.
Vamos concluyendo este gastro-post, y lo hacemos reconociendo la experiencia gastronómica disfrutada. Destacando la cocina del chef Pedro Gallego, de las propuestas degustadas, todo, todo y todo, estuvo a la altura de las expectativas, manteniendo un extraordinario equilibrio en posiciones altas.
El servicio de lo más atento, el espacio de lo más confortable, me quito el sombrero ante tanto arte, en SinSombrero.
SINSOMBRERO (enlace web)
Dirección: Paseo de la Castellana, 4, 28020 Madrid
Teléfono: 915 77 52 39