Bosque de Aokigahara
Aokigahara (青木ヶ原?) , conocido como Mar de Arboles, es hoy en día el lugar favorito de los japoneses para poner fin a sus vidas, pero no sólo eso, se ha convertido igualmente en el tercer lugar del mundo donde más personas dan por finalizada su existencia, un "ranking" encabezado por el Golden Gate de San Francisco al que sigue el puente sobre el Yangtze de Nanjing en China.
Está situado en la ladera noroeste del monte Fuji, considerado sagrado ya que para los japoneses era como una entrada a los cielos, tiene aproximadamente unos 35 kilómetros cuadrados de extensión y se formó sobre la lava expulsada por el volcán entre los años 800 y 1.083, siendo la erupción Jógan la que más contribuyó a su formación ya que tuvo una duración de 10 días. Según la creencia popular se le consideraba como una especie de purgatorio para yokais y yureis, que no son sino los fantasmas de aquellos que han perdido su vida de forma trágica, y que evitan que aquellos que se internan en el bosque salgan del mismo. Un aspecto importante a tener en cuenta es que en el Japón feudal del siglo XIX, cuando las hambrunas y las epidemias afectaron a la población, las familias más pobres abandonaban en este lugar a los niños y ancianos que no podían alimentar. Además de este hecho histórico contrastado, también hay poemas de más de 1.000 años de antigüedad que indican que el bosque está maldito.
Son variadas las peculiaridades del lugar, para empezar, bajo su superficie hay yacimientos de hierro magnético, por lo que es muy común que las brújulas y GPS dejen de funcionar al visitarlo. La escasez de animales añade un segundo elemento peculiar, ya que apenas se escuchan ruidos al adentrarse en él. Del mismo modo, su vegetación es muy tupida, lo que provoca que el viento no sople dando lugar a una sensación de quietud total. Cuenta también con un lago y grandes cuevas heladas.
Foto suicida por ahorcamiento
En el año 1.960 el escritor Seicho Matsumoto publicó una de sus novelas más famosas "Nami no Tou", en la que sus protagonistas ponen fin a sus vidas en el bosque, lo que en cierto modo generó una mayor atención sobre el lugar que contribuyó a un incremento de los suicidios. Por si esto fuera poco, unas décadas más tarde, en el año 1993, Wataru Tsurimi publicó "El completo manual del suicidio", una guía para quitarse la vida donde recomienda Aokigahara como el lugar perfecto para hacerlo. Según publica "The Japan Times" la media de suicidios en el año 1988 era de 30 al año, en el 2002 había ascendido hasta los 78, en 2003 al centenar y en 2012 más de 200 , la mayoría mediante sobredosis de drogas. A partir de ese momento, el gobierno japonés tomó la decisión de dejar de dar estadísticas que contribuyesen aún más a la fama del lugar y a un posible "efecto imitación", ya que Japón , como a buen seguro conoces, es uno de los países donde se producen mayores suicidos al cabo del año, en el entorno de unos 30.000 actualmente. El turismo ha quedado limitado a zonas vigiladas y otra de las medidas disuasorias tomadas en su momento por el ejecutivo nipón fue la de colocar en la entrada del bosque carteles disuasorios, como el que puedes ver en la foto, que tratan, con dudoso éxito, de convencer a aquellos que acuden con ideas suicidas para que abandonen su objetivo.
Cartel con mensajes disuasorios a los suicidas
Se les recomienda que llamen a la policía o que piensen en sus familiares, lo que según los visitantes suele causar cierta sensación de desasosiego. La traducción de uno de ellos es la siguiente:
"Tu vida es valiosa y te ha sido otorgada por tus padres. Por favor, piensa en ellos, en tus hermanos e hijos. Por favor, busca ayuda y no atravieses el lugar solo".
Otra de las imágenes típicas del lugar son los coches que pasan días y días en su aparcamiento, hasta que los guardas forestales del lugar acaban por darse cuenta de que sus dueños ya no van a regresar.
Es tal la fama y repercusión del lugar a nivel mundial, que en el pasado febrero de 2016 se estrenó "El bosque de los suicidios", película de terror dirigida por Jason Zada y protagonizada por Natalie Dormer (Margaery Tyrell en Juego de Tronos), en la que Sara (Natalie) se adentra en el bosque en busca de su desaparecida hermana y se encuentra con un buen número de "almas en pena". Si la has visto, seguramente te habrá servido para tener un buen referente de lo que el lugar representa y si no es el caso, y el tema te atrae, aún estás a tiempo de hacerlo.