Hola a todos y bienvenidos una semana más.¿Qué tal el finde? Aquíhemos tenido un sábado de verano y un domingo un poco pasado por agua.
Hoy vengo con unos ataques de risa que compartí hace cuatro años y como entonces mis lectores eran otros me he animado a rescatarlos. Y sin más rollo empezamos.
Ya que empiezo contenta me apetecía mucho compartir anécdotas con vosotros, y se me ha ocurrido hablar de mis ataques de risa.
No sé si a vosotros os pasa pero a mí me han dado ataques en todas partes, y me da rabia porque a veces parece que me estoy riendo de una persona pero no es así, suele ser la situación lo que me hace gracia.
Ya os conté aquí la caída tan tonta que me llevé por tratar de aguantar la risa.
Lo primero que quiero decir es que generalmente los ataques de risa contados pierden la sustancia, así que entiendo que a lo mejor esto os aburre y no os hace gracia, pero yo lo intento y ya me decís si os gusta o se os hace pesado.
Risa en un momento solemne
¿Recordáis a El Aberroncho? Es un personaje que salía en la hora de José Mota(os dejo un vídeo). Pues mi hijo lo imita e imitaba a la perfección, le salía genial.
Bien, El aberroncho tiene varios personajes, uno de ellos es El borrico Isaías, y la mejor imitación que hacía es la del vídeo que os pongo y donde a Luis Cobos le da un ataque de risa al nombrar al dichoso borrico.
Pues en esa época se graduó mi hija y toda la familia acudimos al evento, como si del clan Pantoja se tratara.
Antes de la fiesta hubo una misa y nada más empezar el cura nos da las gracias por acudir el día de San Isaías. Entonces mi hermana y yo, como dos niñas pequeñas, dijimos en susurros pero bastante alto ¡Cómo el borrico!
Y ahí empezó el ataque de risa más bochornoso y del que más arrepentida estoy.
Me pasé la misa mordiendo clinex para ahogar los sonidos, y las lágrimas de la risa rodaban por mi cara destrozando el maquillaje. Y mi hermana estaba igual.
Cada vez que nos empezábamos a calmar el hombre nos decía algo de Isaías y volvíamos a empezar, yo pensaba en mi hijo haciendo el tonto y es que no podía parar.
No os imagináis lo mal que lo pasé temiendo que alguien me oyera y pensara en lo mala madre que era. Y mis padres, marido e hijo nos lanzaban miradas asesinas.
Menos mal que luego los alumnos empezaron a intervenir y al ver a mi hija las cosas cambiaron pero la primera media hora fue algo de película.
Al acabar mi hija me dijo que al oír lo de Isaías se imaginó nuestro ataque, y la pobre realmente esperaba oír una carcajada en cualquier momento.
Seguramente contando esto he quedado como muy mala madre pero es que no pude evitarlo, las escenas que acudían a mi mente eran demasiado para mí.
Risa en la tienda
Hace ya unos años de vez en cuando, si teníamos un olvido, comprábamos los productos en una tienda de esas que habrían hasta tarde, ahora no las hay o son bazares chinos, pero de aquella eran tiendas de esas de toda la vida.
Y un día se me olvidó el café y me quedaba poco en casa así que a última hora fui con mi marido mientras mis hijos estaban con mis padres viendo una peli porque querían noche de abuelos.
El caso es que de camino fuimos hablando de marcas de café. Yo entonces compraba El Gallego y le decía a mi marido que también me gustaba Areces, y mientras íbamos hablando me caí de una manera ridícula. Y empecé con el ataque de risa.
El caso es que entré en la tienda partiéndome de risa y no pude ni decir hola, así que intenté pedir rápido y en vez de pedir un paquete de café El Gallego me vino a la cabeza Areces y dije textualmente; Un pafé de Areza y la mujer, sin inmutarse, fue a una estantería, cogió dos paquetes de El Gallego, se giró con uno en cada mano y me pregunta;- ¿molido o mezcla? Y aquello fue demasiado para mí que empecé a reírme como una loca y salí corriendo de la tienda.
En cambio mi marido se quedó allí tan serio, pagó y salió a buscarme.
Lógicamente estuve meses sin atreverme a entrar en la tienda, y me daba terror encontrármela por la calle, menuda vergüenza.
He de decir que la señora tenía mucha memoria y muy buenas entendederas porque entendió perfectamente que lo que tan extrañamente pedí era café y recordó la marca que usaba.
Ahora ya no existe la tienda, pero cuando estoy con un ataque de risa evito entrar en ningún sitio, espero tranquilamente a que se me pase.
Risa en el fotógrafo
Hace muchos años tuve que hacer las fotos del DNI. Ya me habían desechado unas por llevar el pelo por la cara porque según la chica policía no se me reconocía, así que fui a un fotógrafo a hacer foto divina de la muerte.
Llegó el momento de la foto y recordé que la chica me había dicho que no debía salir riéndome, una sonrisilla sí pero con cara normal y despejada.
El caso es que fui a hacer la foto con mi hermana y junto a la silla donde yo estaba había un par de espejos para controlar la tienda desde la zona de fotos(de aquella las cámaras de vigilancia solo las tenían los bancos).
Mi hermana tenía el día gracioso y empezó a gesticular de modo que yo la veía en el espejo. A mí me entró un ataque de risa pero es que en ese momento la vio el fotógrafo y le entró otro ataque a él y acabamos los dos llorando de risa y sin poder parar.
En ese momento se llenó la tienda de gente y como pudo el hombre me dijo que había que acabar que tenía clientes, y añadió que a la de tres disparaba.
Yo traté de aguantar la risa pero él contó hasta tres y me sacó tal cual y en la foto salí con los ojos medio cerrados y la barbilla muy arrugada por lo fruncida que tenía la boca.
Y lo peor es que las fotos fueron para el DNI, el carnet de estudiante y el Carnet joven, porque mis padres ya no me dieron dinero para más fotos que esas eran las segundas que hacía por mi propia culpa.
Pasé 5 años enseñando mi horrible gesto en todas partes,jejeje.
Bueno, no quiero enrollarme más y por hoy lo dejo aquí. Tengo otros post con ataques de risa y también os he hablado de las consecuencias de estos, como la maldición qu eme echó un cura por reírme en clase.
Muchas gracias por leerme y nos vemos el miércoles. Y vosotros;¿os dan ataques de risa o podéis controlarlos?
¡Feliz semana!