Mi padre decía: “Para tomarse el mejor café de Antioquia, hay que ir al parque de los Andes” y es difícil dudarlo, pues ésta es una tierra cafetera por excelencia, ubicada al suroeste antioqueño, limitando con otros municipios buenos productores de café como lo son Betania, Hispania, Jardín y Jericó.
Pero si es complicado elegir la mejor taza de café de la región, dirigirse hacia un interesante destino no lo es, ya que Andes y sus corregimientos ofrecen a sus visitantes una dinámica turística llena de historia, naturaleza, cultura y diversión.
Basta con subirse a sus coloridas chivas, declaradas patrimonio nacional, para entender que estás en tierra de gente alegre y optimista.
Allí la modernidad ha llegado pisando fuerte, pero aún encuentras hombres y mujeres cuyos rostros evocan el ancestro paisa arriero, aventurero y soñador.
Protagonistas del viaje son las montañas siempre verdes y erguidas, sembradas entre otros cultivos, de plátano, yuca y por supuesto café.
Ríos y quebradas no se hacen esperar, aprovechados por eco parques y hosterías y por el acostumbrado paseo de olla en caminatas a los permanentes e improvisados manantiales, charcos y caídas de agua que bien valen horas de camino.
Sus plazas como presentación del pueblo y las villas son un espectáculo visual, auditivo y gastronómico, expresado en una mezcla de paisaje tranquilo y relajante, buena música popular y la comida típica más deliciosa y variada.
¿Ya te diste el gusto de visitar los dominios del cóndor y el ensueño?
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