MALT
AMOR DESTERRADO
Marchaba él una mañana
a la sierra con su jaca
y entre flores y albahaca
una moza en su ventana
su negra mata de pelo
suavemente peinaba
y cuanto más le miraba,
más fuerte era el anhelo.
Era una moza mora,
de belleza sin igual,
que al ver al joven zagal
del muchacho se enamora.
Sintiose él cautivado
por esa gran hermosura;
mora de la Extremadura
que le había enamorado.
Dime niña tu nombre,
que hermoso debe de ser
y yo le quiero saber;
sacia la sed de este hombre.
No te le digo serrano,
pues a mi me está prohibido
hablar con desconocido
y menos si es cristiano.
Soy cristiano como dices,
más yo tu fe respetaré.
Lo que quieras yo haré
para que seamos felices.
Márchate ya cristiano
que estoy oyendo llegar
por la Cuesta del Lagar
al caballo de mi hermano.
Vente esta noche al puente,
que allí yo te esperaré,
mi jaca también llevaré
y nos iremos al monte.
Ya llegó el anochecer
y cada uno por su lado,
escondidos se han marchado
para así poderse ver.
Allí en el puente romano,
han sucumbido al pecado,
amándose sin reparo;
una mora y un cristiano.
En la jaca van sentados,
en dirección a la sierra,
Dejando atrás esa tierra
que a los dos ha condenado.
Dos amantes, dos heridas;
simplemente por amarse
ha tenido que marcharse
y poder salvar sus vidas.
Es un amor reprobado,
es un amor prohidido,
es un amor herido,
es un amor desterrado.
©MALT- 1998-