Álvaro de Luna: siguiendo sus pasos



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La ruta que os proponemos este mes es intensa, y os transportará muy, muy lejos, concretamente al año 1453, y al turbulento clima político de la época. Hemos preparado un itinerario que os llevará a través de los principales lugares que estuvieron involucrados en la caída, muerte y detención de Álvaro de Luna, antiguo condestable de Castilla, y preferido del rey Juan II durante mucho tiempo.

La vida del preferido del rey fue turbulenta, nació fuera del matrimonio, tuvo que luchar por su ascenso social, se casó dos veces, y tuvo varios hijos ilegítimos durante su vida. Además, tuvo que hacer frente a sus detractores, y mantenerse en su puesto, hasta que finalmente, en el año 1453, las presiones hicieron que Juan II ordenara su detención, y posterior ejecución.

¿Queréis saber que lugares fueron testigos de los últimos días de su vida? Aquí van:

Grabado de un dragón en el castillo de Portillo
Grabado de un dragón en el castillo de Portillo

1. Portillo (la detención de Álvaro de Luna)

Fue en este pueblo donde las penurias de Álvaro de Luna comenzaron, más concretamente en su castillo. Aquí es donde fue detenido, y ya nunca volvería a recuperar la libertad.

La visita de su fabuloso interior nos muestra las distintas partes del edificio, y nos permite observar la construcción de un castillo defensivo, bien diferente de nuestra última parada en esta ruta, el castillo de Arenas De San Pedro.

En este caso, podremos observar la construcción austera, y la primacía de elementos defensivos, aunque quizá lo más llamativo, sea el pozo de más de treinta metros de profundidad que encontramos en el patio. El pozo es visitable, y se llega al fondo a través de una estrecha escalera de caracol, que va desvelando los diversos niveles de construcción.

Pozo del castillo de Portillo
Pozo del castillo de Portillo

2. Fuensalida

Hasta este interesante pueblo de Castilla la Mancha tuvo que desplazarse el rey para acallar a los partidarios de don Álvaro de Luna, que tras su detención amenazaban con la rebelión.

En la actualidad, si visitáis el municipio, os encontraréis con un coqueto centro histórico, en el que destacan el Palacio, y el Rollo Jurisdiccional.

3. Escalona

Fue en el castillo de Escalona donde su esposa, doña Juana de Pimentel se enteró de la detención de don Álvaro de Luna, y aunque actualmente el interior del castillo no es visitable, debido a su deteriorado estado, el exterior merece la pena.

El castillo fue en sus inicios fortaleza romana, posteriormente se construyó el castillo, y a lo largo del tiempo, fue sufriendo diversas modificaciones.

En concreto, en tiempos de Álvaro de Luna, fue agrandado para añadir un palacio, en el que se celebraron grandes banquetes, y que posteriormente serviría de refugio para su mujer y para su hijo.

4. Valladolid

Fue en Valladolid donde fue retenido don Álvaro de Luna, a la espera de la ejecución de la sentencia. Y una vez llegado el día de cumplirse ésta, lo pasearon por las principales calles vallisoletanas, las mismas que ahora encontramos bulliciosas y alegres, hasta finalizar el recorrido en la plaza del Ochavo, donde finalmente fue ajusticiado.

Si sentís curiosidad por el recorrido que siguió aquel día nuestro protagonista, podéis comenzar por el centro Buendía de la Universidad de Valladolid, siguiendo por la calle Juan Mambrilla, Esgueva hasta finalizar en la plaza del Ochavo.

5. Toledo

En la escultórica ciudad de Toledo, es donde fue enterrado don Álvaro de Luna, más concretamente en su catedral.

Lo cierto es que Toledo es una ciudad tan llena de encanto, cultura, misterio y leyendas, que nos daría para escribir otro artículo, pero de momento, os recomendamos que visitéis la capilla de nuestro protagonista, ya que, si aún no conocéis el maravilloso interior de la Catedral de Toledo, es momento de que entréis, y descubráis la historia que encierran sus muros.

Castillo de Arenas de San Pedro
Castillo de Arenas de San Pedro

6. Arenas de San Pedro (el palacio de Álvaro de Luna)

Arenas De San Pedro, y su espectacular castillo, fue el lugar que la viuda de don Álvaro de Luna consiguió mantener después de la muerte de su esposo. Juana de Pimentel, que había entregado la villa como dote de matrimonio, la recuperó de manos del rey, y la convirtió en su refugio casi hasta su muerte. De hecho, se conoce con el sobrenombre de castillo de la Triste Condesa, que fue como Juana de Pimentel decidió firmar sus cartas desde la muerte de don Álvaro de Luna.

Si decidís visitar el castillo, os encontraréis con una hermosa construcción, que domina la vista del pueblo, y cuya función fue la de palacio, más que la de castillo defensivo.

La obligatoria visita del interior os mostrará un pedazo de la historia de don Álvaro de Luna, doña Juana Pimentel, y su descendencia que mantuvo la propiedad del castillo. Esperamos que os haya gustado esta propuesta que recorre uno de los capítulos más apasionantes de nuestra historia, y como siempre, si queréis compartir vuestras fotos, o enviarnos alguna sugerencia, no dejéis de escribir a: viajarsinimprevistos@gmail.com.

Fuente: este post proviene de Viajar sin imprevistos, donde puedes consultar el contenido original.
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