Es común escuchar que el talento innato va atado a una gran personalidad pero la mayoría de las veces también a un gran ego. Eso ocurrió con los pintores famosos que mostraremos el día de hoy. Sus actos a través del tiempo son la prueba suficiente para que podamos reconocer que los genios no son precisamente humildes.
Un gran ejemplo de temperamento iracundo lo encontramos en Miguel Ángel. Sin embargo, conseguía dominarlo en aquellas ocasiones en las que sólo la picaresca podía salvar sus obras. Una vez terminado el ‘David’, el Papa Alejandro VI, quien había encargado la escultura, se quejó de que la nariz era excesivamente grande. El artista tomó polvo de mármol sobrante disimuladamente y simuló tallar de nuevo la nariz, consiguiendo así engañar al Papa.
En cierta ocasión, una joven actriz francesa se acercó a Salvador Dalí y para demostrarle su entusiasmo por las pinturas de este creado y afirmó que, desde su punto de vista, él era un genio. A lo que Dalí, sonriendo, respondió: ´Pienso como usted, señorita´. Comentario con el que dejó clara constancia de su megalomanía.
Con el fin de conseguir una obra gratuitamente, unos padres enviaron a su hijo a pedirle un dibujo dedicado a Pablo Picasso quien, dándose cuenta de la trampa, decidió dibujar en la espalda del niño en lugar de en el papel que este traía en sus manos. Tiempo después, el pintor bromeaba sobre el asunto preguntándose si alguna vez habrían vuelto a bañar al pequeño.
Cuenta la leyenda que Vincent van Gogh se cortó el lóbulo de su oreja tras haber mantenido una sonora y violenta trifulca con su, hasta entonces, buen amigo Paul Gauguin. Ambos compartían casa y vivencias pero tras la disputa, el postimpresionista francés abandonó el hogar, dejando al neerlandés con un sentimiento de culpa tan grande que lo llevó a tomar un cuchillo y arrancarse ese trozo de sí mismo con el fin de enviárselo a Gauguin por carta como disculpa.
El realismo de los cuadros de Rembrandt era impresionante. De hecho, se dice que un importante empresario encargó un retrato al este autor pero no quedó contento con el resultado ya que no le parecía lo suficientemente real. Instó al artista a retocarlo y regresó a por ello tiempo después. A la entrada del taller creyó encontrar una moneda en el suelo pero cuando quiso recogerla descubrió que había sido pintada por el propio Rembrandt para darle una lección.
¿Y tú, conoces más anécdotas sobre pintores famosos?
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