Llega Semana Santa y Galicia nos ofrece un sinfín de rincones bellos por descubrir. Mar y montaña se dan de la mano, en A Coruña, en A Costa da Morte (que llega hasta Fisterra, donde según los romanos se acababa el mundo, finis terra), declarada Lugar de Interés Comunitario, es el destino perfecto esta Semana Santa para los amantes de los ecosistemas y de la ecología. Cuenta con más de 20 ecosistemas distintos, donde destacan el Espacio de Razo-Baldaio, las Illas Sisargas o Cabo Vilán.
Algunos de los municipios para visitar en este entorno son Carballo, Ponteceso, Muxía, Fisterra o Dumbría. Algunos de ellos son puertos pesqueros, como el de Muxía o Fisterra, que engloba lonja y diferentes servicios para pescadores y turistas.
Gastronomía del mar
La riqueza gastronómica de la costa aporta una gran variedad de alimentos. Los productos del mar son los auténticos protagonistas de A Costa da Morte, como el percebe que es considerado como el mejor del mundo.
El longueirón (bivalvo muy similar a la navaja) es otro de los moluscos más preciados, siendo en Fisterra el que tiene mayor sabor y, por tanto, gran calidad. En los restaurantes de la zona se toma a la plancha o bien con ajo. Si estamos de camino por las poblaciones de esta comarca, es obligatorio pedir su pulpo, una exquisitez que se cocina de diversas maneras, aunque la tradicional Á Feira, es la forma más popular.
Las sardinas son otro de los pescados que más se consumen en la costa. Son tradicionales las sardinadas, donde diversas personas se reúnen para degustarlas a la parrilla o bien asadas. Y más allá de los tradicionales pescados, los calamares o los chocos están siempre en la carta de los lugares para comer.
Otros de los platos que se suelen servir con asiduidad son las caldeiradas, que llevan diversos pescados, como congrio, abadejo y raya. Además de los infinitos pescados, el cocido o el lacón son platos que nos demuestran la riqueza de las carnes gallegas. Ello acompañado de las habas, los ajos o los puerros, son ejemplo de la huerta de esta costa.