5 ventajas de tener flores frescas en casa
1. Trabajar con ellas me relajaHace casi tres años que nos mudamos a este piso. Y ese, es exactamente el tiempo que llevo haciendo mis composiciones de flores cada semana. Algo que sin duda, se convirtió en un ritual antiestrés. Como ya sabéis, tengo una cómoda en el salón donde coloco todos los jarrones con flores que yo misma preparo. Esta afición es muy importante para mí porque me ayudo mucho a superar fases complicadas de mi vida. Pero también, fue (y sigue siendo) mi momento de escape durante esta interminable pandemia.
2. Me alegran la vista y me motivan día tras día
No puedo y tampoco, lo quiero remediar. Admito que soy una de esas personas perfeccionistas que disfruta mucho decorando la casa y haciendo de cada rincón un lugar especial. Y las flores, me ayudan mucho a conseguirlo. Principalmente, suelo ponerlas en los baños y en el salón. Y si me sobran, coloco pequeños ramitos en las mesas auxiliares o el escritorio. Verlas al pasar, observarlas mientras tomo el café o cuando trabajo, me hacer sentir bien. Su olor me resulta muy agradable y me motivan a seguir teniendo mi piso en constante orden y evolución creativa.
3. Fomentan mi creatividad de manera infinita
Hacer las composiciones de flores en mis jarrones y decorar con ellas, me relaja y me hace feliz. Pero también, fomenta mi creatividad. Por ejemplo, siempre encuentro nuevas posibilidades para decorar con ellas o fotografiarlas. Además, la combinación de colores que a veces me encuentro de manera natural en sus pétalos, me inspira. E incluso, me sorprendo a mí misma con combinaciones de colores que creía imposibles pero que una vez juntos, quedan divinos. Fijarse en las combinaciones de colores que tienen las flores según van cambiando las estaciones, es la mejor de las inspiraciones.
4. Me permiten aprender y descubrir mi entorno desde otra perspectiva
Comprar flores cada semana, me permite conocer al detalle los tipos de flores que hay cada temporada. Poco a poco y sin ningún tipo de esfuerzo, fui aprendiendo cuáles eran las flores típicas dependiendo del mes. Conocí muchos tipos de flores diferentes y aprendí a cuidarlas. Además, ahora también sé qué tipos de flores se cultivan en los alrededores de Berlín y esto me abrió perspectivas diferentes a la hora de planificar mis compras o excursiones. ¡Me muero de ganas por visitar un campo de girasoles!
5. La rutina de ir a comprarlas y elegirlas me hace muy feliz
Bajar a comprarlas los martes al mercado, se ha convertido en una rutina muy beneficiosa para mí. Por un lado, me permite desconectar y respirar aire fresco. Y por otro, estoy apoyando al comercio local. También, puedo ver y hablar con personas diferentes, algo muy enriquecedor en estos tiempos que corren. Así como, disfruto mucho observando al detalle qué flores hay para vender en el puesto y posteriormente, decidiendo cuáles me voy a llevar a casa. En definitiva, comprar flores frescas forma parte de mi beneficiosa vida de mercado.
Sin más, os doy las gracias por haber llegado hasta aquí. Y de paso, os animo a poner flores frescas en vuestra vida y disfrutar de los beneficios positivos que esto conlleva. ¡Me despido hasta el próximo viernes! Espero que el post, os haya gustado e inspirado. ¿Qué me decís? ¿Soléis tener flores frescas en casa? ¿Qué es lo que más os gusta de ellas? ¿Podríais añadir alguna ventaja más a mi lista? ¡Espero vuestra respuesta en los comentarios!
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