1.Te das cuenta que no quieres trabajar para nadie
Llega un momento en tu vida en el que sientes que has llegado al tope y que definitivamente no quieres tener un jefe encima de ti presionándote por tu trabajo. No quieres seguir con la misma rutina de siempre ni hacer las mismas funciones día a día. Es en ese instante en el que dices “Voy a montar mi propio negocio y a hacer lo que yo quiera”.
2.Te conviertes en tu propio jefe, tu propia secretaria, tu propio empleado
Seguramente creíste que al emprender con tu negocio ibas a tener mucho más tiempo libre y te ibas a descargar en cuanto a funciones, pero no es así. Emprender implica que debes dedicarte 100% a esa idea incipiente que tienes y trabajar por ella para verla materializada. El inicio es la parte más difícil, pero una vez que alcanzas el punto de equilibrio económico, ya tu negocio tomará inercia y seguirá produciendo ganancias sin que estés presente a diario.
3.El cliente te dice “cóbrame barato que yo te encargo más”
Todos nos hemos encontrado con este tipo de personas que dicen hacernos un favor al “ayudarnos” comprando en nuestro negocio. No te creas estas palabras ni permitas que te suceda. Nadie te está ayudando. Tú brindas un producto o servicio que alguien desea y que debe adquirir por el precio un precio justo. Es diferente cuando alguien quiere comprar al por mayor, ahí ya puedes entrar a evaluar el precio que le vas a ofrecer de acuerdo a la cantidad de mercancía, pero najo ninguna circunstancia debes dar descuentos in un compromiso formal de ambas partes de continuar con la compra venta.
4.Cuando el contador te muestra tus ingresos y tus gastos
Los meses antes de la apertura de tu negocio, e incluso muchos después de iniciar, vas a ver que tus gastos son más grandes que los ingresos que estás teniendo. Esto es absolutamente normal, ya que primero tienes que darte a conocer y empezar a crear una comunidad fiel que retorne a tu negocio y que lo recomienden para lograr una audiencia aún mayor. No te preocupes, pronto empezarás a ver que los números suben y que tus ingresos son más altos.
5.Quieres unas vacaciones remuneradas
Ahora sí que extrañas ser empleado. Tus vacaciones ya no son remuneradas. Es más, no sabes cuándo tomarte unos días de descanso. Ahora que eres emprendedor, las cosas son muy diferentes. Tu salario muy seguramente variará de acuerdo a cómo prospere tu negocio y se irá incrementando poco a poco, por lo que no todos los meses puedes asegurar los mismos ingresos. Pero tranquilo, llegará el momento en que tu negocio alcanzará el éxito que te trazaste y podrás irte a tus soñadas vacaciones.
Emprender es un proceso un poco difícil en cuanto tienes que romper con muchos paradigmas que impone la sociedad y tener mucha perseverancia, paciencia y esfuerzo para que tu negocio crezca y se consolide.
Dedícale tiempo, energía y pasión y verás cómo se empieza a materializar esa idea con la que sueñas a diario.