Con una clara alusión al film de Quentin Tarantino, "Django desencadenado", "Partigiano Reggiano" rompe cadenas, dentro de una canción que clama a la libertad. En el que pone como protagonistas principales a las clases más desfavorecidas, ante las miradas de los esclavistas, y una raza que pedía su libertad. La canción en si, devuelve a el músico al Blues Rock, dejando sus coqueteos con otros estilos musicales. Y por encima de todo, demostrando que da igual el idioma en el que se cante el Blues, siendo una raíz musical, aplicable a cualquier expresión musical. Black Cat es un disco honesto, donde demuestra que su maestría a la hora de enfocar nuevas canciones, nuevos retos, no ha perdido fuelle. Con canciones como "Ten More Days", donde ocasionalmente se desliza el slide, por el cuello de una guitarra. Causa que me parece poca cosa y que pediría mucha más contundencia, dentro del álbum,. de un músico que sabe hacer Blues, cuando claramente se lo propone. Pasando por la versión que el cantante de U2, Bono, compuso en homenaje a las víctimas del atentado de París, en sus dos versiones. Sinceramente, después de haber visto a Bono pidiendo el voto a el partido de la derecha, de los recortes, de la austeridad en toda Europa. La cual esta llevando a muchas familias a la penumbra. Me parece un postureo barato y desenfocado. Es como si mañana me comiese un chuletón de dos kilos, y dijera que soy vegetariano, porque defiendo la vida de las plantas. En esos dos casos, hay algo que no sintoniza, que distorsiona.
Con "Hey Lord", vuelven a aparecer las voces de los esclavos, en una canción que pide la abolición de todas las formas humanas de humillar, esclavizar, ante un mundo que parece que durmió, tras haber llorado mucho tiempo.
Black Cat es en definitiva, en términos generales, un álbum rompedor. Con canciones que realmente te llegaran por su contenido, ya sea "Voci", demostrando que la voz de las personas, siempre tienen que escucharse en libertad.