Viajar a una ciudad distinta en un solo día en ocasiones puede ser un poco estresante, pero si lo planeas bien, un pequeño viaje expres siempre va bien, y eso es lo que nos pasó a nosotros hace un tiempo.
Queríamos ir a visitar a unos amigos en Bilbao ya que nunca habíamos estado, pero por razones personales no podíamos quedarnos mucho, es decir iba a ser un viaje de ida y vuelta el mismo día, así que cogimos el coche desde Barcelona y nos fuimos hacia Bilbao. La verdad es que no habíamos estado nunca y tampoco sabíamos muy bien que ver en Bilbao en un día, así que de camino, nos pusimos a investigar y pensamos que una de las cosas que si o si teníamos que ver era el museo Guggenheim.
Tengo que reconocer que tanto el Museo Guggenheim como sus alrededores no tienen desperdicio y os mentiría si os dijera que no me quedaron un montón de ganas de visitar más a fondo Bilbao. Nos pareció una ciudad muy limpia, con gente super amable y además muy pero que muy bonita, así que esperamos poder volver algún día porque sin duda alguna merece la pena. Además, cogimos muy buen tiempo y eso la verdad es que se agradece un montón.
Lo primero en que me fije en cuanto llegamos a Bilbao fue en sus preciosos carteles de los nombres de las calles, y es que sinceramente, una ciudad que cuida hasta estos detalles me parece espectacular!. Nada de los típicos carteles cuadrados, sino que más bien, lucían unos preciosos carteles de color azul y dorado que nos dejaron sin habla. Tengo que decir que tampoco se si era en todo Bilbao o solo en esa área cerca del museo pero sin duda alguna, nos encantaron.
Cuando por fin pudimos visitar el museo nos quedamos de piedra, es super bonito!, y aunque no pudimos entrar dentro, lo que pudimos ver de fuera nos pareció espectacular. Una enorme construcción con unas formas muy redondeadas y de color gris plateado contrastaba con el pequeño lago que había enfrente presidido por un monumento de burbujas que hacía el efecto de espejo.
Y como no, pasamos por debajo de la enorme araña que hay al lado del museo. Espectacular! no podemos decir más, y aunque tomar una foto con tanta gente fue un poco difícil, al final nos salimos con la nuestra. Es muy grande y aunque en la foto no se aprecie, desde la altura de la cabeza hasta la araña hay un buen trozo.
Sinceramente, tengo que reconocer que nos quedamos con ganas de más, y es que si solo con lo que vimos nos encantó Bilbao, no quiero ni pensar en todo lo que nos dejamos por ver lo bonito que tenía que ser. Sin duda alguna creo que exploramos al máximo los alrededores del Museo Guggenheim y fotografiamos todos los rincones posibles en el tiempo que tuvimos.
Así que esperamos proximamente, poder volver y visitarlo a fondo. Si conocéis algún sitio bonito de Bilbao o alguna tienda mítica, ya sabéis que nos lo podéis dejar en los comentarios y sin duda alguna, lo anotaremos en la libreta de pendientes para visitar.
Y vosotros, ¿tenéis alguna ciudad preferida de España?, nosotros de momento no hemos viajado mucho pero esperamos que poco a poco eso vaya cambiando y podamos descubrir mundo, porque seguro que nos estamos perdiendo un montón de sitios maravillosos.
Sed felices y recordad...
Mas ser y menos hacer!