Les aseguro que vale la pena.
Porque... El camino del Ribeiro en busca de vinos como este, no ha sido fácil.
No me voy a perder en los vericuetos de producciones y elecciones de cepas en detrimento de otras.
Simplemente decir que Viña Meín vuelve a la tradición de donde el Ribeiro nunca debió salir.
Al grano, que nos dispersamos.
Digo... a la cepa.
Coupage de Treixadura (30%) y otras en menor proporción que no nos confiesan los vinificadores. Por algo será. (Godello, Loureira, Torrontés, Albariño y Lado)
Colo amarillo pajizo. Brillante. Tonos dorados.
Sus aromas iniciales, son de fruta blanca, albaricoque, melocotón, melón y algo de piña.
En fin... un no parar.
Tras la primera impresión... nítidas notas florales.
Y al final... Fresco fondo herbáceo.
Entrada en boca fresca, buena estructura.
Final balsámico y otra vez frutal. Largo.
Si encuentran del 2012... también se puede beber ( y a mitad de precio)
Aguanta sorprendentemente bien en botella con una mínima conservación.
Pero ojito... que entra cosa mala.
Estan ustedes "avisaos".