Es innegable que muchos de los grandes universos de ficción que triunfan actualmente no serían ni la mitad de importantes sin el apoyo de sus fans. Y es que Star Wars, Juego de Tronos, videojuegos como Fortnite... poseen, aparte de sus tramas y personajes oficiales, cientos de aventuras "no oficiales" surgidas de la creatividad de sus comunidades de seguidores. Dentro de este género, al que se ha llamado fan fiction, destacan las fan animations, o reinterpretaciones animadas, a veces increíblemente detalladas, de películas, series, videojuegos...
Youyang Kong y Qianya Yin, una pareja de ilustradores chinos enamorados de la saga de videojuegos The Legend of Zelda, son los autores de esta alucinante reinterpretación animada de un juego que destaca, precisamente, por evitar siempre las escenas animadas. El trabajo de Kong y Yin es básicamente un sueño hecho realidad para cualquier fan de Link y Zelda: The Legend of Zelda: Breath of the Wild (Fan Animation), que así se llama el corto animado al estar inspirado en el juego de mismo nombre, reúne dos características que hacen que se eleve por encima de otras muestras del universo fan animation.
Primero, la calidad de la animación es extraordinaria, inspirada en un estilo anime que ha llevado dos años de trabajo para sus creadores; a pesar de estar animado digitalmente, el cortometraje respira y se siente como una animación tradicional. Y segundo, Kong y Yin exploran el particular universo estético de la saga The Legend of Zelda con una mezcla de reverencia y creatividad; esto hace que respeten sus constantes en cuanto a diseño de personajes y escenarios o color pero que las introduzcan en un universo creativo nuevo y personal.
Llegar a animar como ellos no es solo cuestión de talento, sino también de práctica, perseverancia y trabajo duro. Si tú también quieres iniciarte en el mundo de la animación para poder crear tus propias fan animations o construir personajes y escenarios desde cero, puedes empezar con el curso de Numecaniq Animación 2D con Photoshop: dibujo, cámara y ¡acción!.