Un Post solo para Introvertidos



Recuerdo una conversación que mantuve hace 7 años con quien hoy en día es mi esposo, estábamos sentados en la Universidad y llevaba poco tiempo de haberlo conocido; en aquella mesa estábamos sentados solo los dos, él hablaba muy fluidamente compartiéndome detalles de su vida y de repente, detuvo el tema para decirme un sarcástico: "Oye hablas demasiado". Aquella frase y algunas similares las he escuchado a lo largo de mi vida por tantos años, y debo confesar que en algunas ocasiones es extremadamente molesta la equivocada percepción, que las personas pueden tener de alguien como yo: una persona introvertida.



Nos desenvolvemos en un entorno social donde los seres humanos somos como una infinita gama de colores, tan diversos como atractivos. Sin embargo, nuestra sociedad tiende a un continuo juzgamiento de aquellas cosas que no puede entender; por ejemplo, puedes en este momento viajar en tu memoria y recordar al típico "calladito" de la clase de tu etapa colegial, recordarás que seguramente todos sus compañeros lo molestaban constantemente sin que él presentara jamás alguna defensa, y quizás tú eras parte de ese grupo de compañeros irritantes, o quizás al igual que yo eras aquel "calladito".

Si eres parte del selecto grupo de los "callados", me alegra mucho compartir este post contigo, puesto que es momento de que aprendamos a amar nuestra personalidad tal como es; y para lograr ese propósito debemos conocernos a profundidad. La psicología reconoce que una personalidad introvertida se caracteriza por concentrarse en los aspectos internos del sujeto, es decir sus pensamientos y sentimientos, aquello que podríamos llamar su mundo interior.

Por sobre todas las cosas amamos el silencio, y en este punto creo que todos los introvertidos debemos ser muy claros respecto a nuestra forma de socializar, no nos da vergüenza hablar, simplemente no nos interesa hacerlo. El silencio es una forma fundamental en la que percibimos el mundo, y nuestra intervención en él; una experiencia personal muy común para mi es la forma en que me desenvuelvo en cualquier reunión social, empezando con el hecho de que no me gusta el ruido ni las aglomeraciones humanas, pero lo que si me atrae es observar a las personas y sus diversos desenvolvimientos,  realmente puedo pasar varias horas en cualquier tipo de evento social sentada observando a las personas, analizando, imaginando y sin sentir el compromiso social de conversar con nadie, al final de la noche llegaré a mi casa y diré que realmente me divertí. Susan Cain autora del libro "El poder de los introvertidos en  un mundo incapaz de callarse" expresa de manera muy acertada lo siguiente: "No somos anti-sociales; somos simplemente socialmente diferentes".

Los introvertidos no necesitamos estar rodeados de personas para sentirnos seguros o aceptados, somos inmensamente reflexivos razón por la cual encuentro una gran pasión al sentarme a escribir, en lugar de salir a tomarme un café con amigas. Y es maravilloso ser así, es maravilloso tener una percepción del mundo tan profunda y esa inagotable sensibilidad que pocos pueden experimentar.

Pero la sociedad ha impuesto otros conceptos, estigmatiza el carácter pasivo, mientras que celebra las conductas opuestas, aquellas que buscan llamar la atención. Nos envían el mensaje de que el éxito solo es posible para esas personalidades fuertes, extrovertidas, activas e inquietas, aquellas que son el alma de la fiesta. Aún dentro de la Iglesia, una personalidad introvertida puede ser confundida con una conducta que evidencia necesidad, conflictos internos  como complejos de inseguridad o rechazo.

Cuando como introvertido, me coloco en la posición de compararme con los demás, pierdo mi poder, pierdo el poder de ser la maravillosa persona que Dios diseñó, porque la introversión no es un conflicto de la personalidad, la introversión no necesita ser sanada o restaurada. Dios te hizo así, y te usará para sus perfectos propósitos a través de las cualidades de tu personalidad, como fue el caso de Abraham o de Moisés, un patriarca y un ejemplo de líder por excelencia.

Considero muy importante dejar clara una diferencia, y es el asunto de la timidez; la introversión no es timidez, esto debe quedar muy claro. Eres introvertido si al igual que yo puedes estar en distintas situaciones sociales, como un lejano observador y disfrutar de ejecutar ese rol. Pero si sientes temor de enfrentar a la gente, si las situaciones sociales te provocan ansiedad, si tienes dificultad para expresar tus pensamientos o emociones a otras personas, entonces tienes la tarea de trabajar en ti; porque seas introvertido o extrovertido puedes haber experimentado diferentes heridas emocionales que te han llevado a tener temor del mundo exterior.

Pero en cuanto a mis amigos introvertidos, por favor dejen de compararse con aquellos que son el alma de la fiesta, los que no pueden parar de hablar en clase, los que dominan el tema de conversación en una reunión social; sigamos siendo como somos pero esta vez amándonos, porque seas introvertido o extrovertido el verdadero poder de tu personalidad se encuentra en que reconozcas la perfecta y única obra de Dios que eres.

Así que mi amigo(a) introvertido sigue así en tu día a día, pensando, reflexionando, observando, eligiendo la soledad por tu propia voluntad, sigue prefiriendo los mensajes de texto antes que las llamadas, sigue manteniendo esos espacios personales que nadie puede invadir; y solamente deja una puerta abierta, para que le permitas a Cristo seguir brillando con su luz a través de ti.

Fuente: este post proviene de Blog de soyunaprendiz, donde puedes consultar el contenido original.
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