Estaba terminando la hora de visita, como un rayo, pasó por mi cabeza la idea de libertad,
Busqué a mi amigo, porque no me iba a ir sin él, total como nadie lo ?ve?, seré yo solo el que se va.
Hoy había mucha más visitas que otros domingos, se notaba alegría por doquier, festejaban cumpleaños, yo y mi amigo Carlos nos quedamos en un rincón, nunca nadie nos viene a visitar en 7 años que estamos aquí enclaustrados.
Hoy quiero salir, respirar otros aires, de ciudad, estoy harto del olor a baño que se huele por todos lados, los gritos las peleas, las repeticiones absurdas, porque dicen que estoy loco, igual me doy cuenta, loco pero no perdí el olfato, ni el oído.
Mi amigo me mira sorprendido por mi decisión, le pido que se calle, que si le tengo que hablar se van a dar cuenta de que estoy medio tocado, como dicen aquí, en realidad la palabra que usan es más elegante ?trastornos de la personalidad, esquizofrenia?, o algo por el estilo.
No me importa, hoy estoy tranquilo, me dieron las pastillas.
En cuanto pude tome a Carlitos del hombro, salimos junto al grupo de visitas. Pasamos la reja de entrada.
No lo podía creer, el aire que se respiraba, la luz que el sol regalaba, ese atardecer que se dejaba mirar en el oeste. Porque estaré loquito, pero se muy bien lo que es bueno para el alma.
Camino por esa callecitas de Dios, Carlitos me mira y no habla, como se lo prohibí me hace caso, sus ojos están abiertos como dos faroles ante tanta ciudad junta.
Pasan coches, colectivos, taxi, gente que viene y va, sigo caminando, no se por donde estaré, ¿me habré alejado mucho? ¿Me estarán buscando jaja? Seguro que no, somos tantos que por un buen rato no lo van a notar, además yo siempre ando solo, bueno solo no, de la mano de Carlitos, es con el único que hablo, los demás están ?peor? que yo, ni se les ocurre lo lindo que es estar del otro lado de las rejas.
Carlitos me mira y me sonríe, asiente con la cabeza lo que le digo. Sigo derechito por la veredita angosta ¿Dónde estaré?, ¿Donde vivía yo antes? ¿Sabes Carlitos, no me acuerdo?
¿Dónde se quedó mi memoria, donde están los recuerdos?, ¡yo fui chico alguna vez! ¿Y mi familia?
Carlitos me mira asustado, me hace señas que tiene frío. Yo también estoy temblando, el sol ya se perdió, se puso oscuro, como mis recuerdos.
Será mejor, que regresemos, si nos apuramos, seguramente ni notaron nuestra ausencia,
Nos tomamos de la mano y empezamos a andar, un poco corriendo y otro poco volando en las alas que me regaló Carlitos.
María Rosa
31-5-11