Un hombre de verdad...

Este fin de semana mi esposo cumple un año más de vida, así que he decidido homenajearlo a través de este post.




Este es un viaje en mi memoria, dedicado a las mujeres que esperan encontrar el anhelado hombre perfecto, por supuesto, invito también a los hombres a leerlo y tomar apuntes de algunas recomendaciones que sin duda alguna los llevará a dejar huellas de amor imborrables en la vida de una mujer.

¿Cómo el amor puede transformar la vida de una persona?, el vínculo emocional con tu pareja puede cambiar tu calidad de vida, mejora tu estado emocional e incluso tu salud física. Cuando Dios creó al hombre, expresó: "no es bueno que el hombre este solo, le haré ayuda idónea para él"; esta es una tarea que considero las mujeres tomamos con mucha seriedad y compromiso, porque en toda relación sentimental es una característica esencial en la mujer,  entregarnos por completo al rol de ser ayuda, apoyo y respaldo en los tiempos de necesidad de nuestra pareja.

La influencia que una mujer llega a tener en la vida de un hombre es altamente reconocida, grandes personajes de la historia, y líderes políticos son el resultado del trabajo de una perseverante mujer que estuvo allí, acompañándolos, creyendo en ellos, esperando, y levantándolos en los tiempos de dificultad. Cuando una mujer ama se entrega por completo, tanto así que muchas veces llegamos a sentir que somos heroínas o mártires dentro de la relación. ¿Pero qué hay del papel del hombre?, nos hemos dedicado a tacharlos como los antagonistas de nuestras frustradas historias de amor, los que no saben escuchar y nunca nos entienden, los que solo piensan en fútbol y sexo, los hemos convertido en la burla de chistes feministas que personalmente considero de tan mal gusto y cargados con una  sobredosis de resentimiento hacia la imagen del varón.

¿Existe el hombre perfecto?, ¿existe el príncipe azul?, en mi soltería me dediqué a esperar al noble príncipe dispuesto a cruzar el oscuro bosque para venir en mi rescate, y creía que yo era una princesa de cuento; creía que él debía llegar a arrojar rosas rojas sobre el suelo que yo pisaba, creía que era su obligación llevarme a vivir un sueño de fantasía. Gracias a Dios,  me regaló algo mejor que un príncipe, me regaló a un hombre de verdad.

El día en que conocí a mi esposo, encontré a mi mejor amigo, y en un principio era un amigo muy molesto, ¿la razón?, siempre me exigía dar lo mejor de mí, en aquella época yo estaba a punto de acabar mi carrera universitaria, había perdido mi trabajo, y no tenía muy claro cuáles eran los siguientes pasos en mi plan de vida; emocionalmente no me encontraba en mi mejor momento, y para completar el escenario siempre tenía la voz de mi mejor amigo repitiéndome: ¿ya conseguiste trabajo?, ¿estás enviando carpetas?, ¿cuándo empiezas la maestría?. Por supuesto mi automática reacción era ofuscarme, porque sabía que todo lo que él me exigía, era exactamente lo que tenía que hacer, pero tenía mucho miedo de hacerle frente a esos desafíos.

Por supuesto enfrentar mis temores, era únicamente mi responsabilidad, él no podía llevar mis cargas, ni resolverme la vida, pero innegablemente durante 8 años ha sido el mejor compañero, socio, y aliado  que pude encontrar para hacerle frente a mis miedos y adversidades; y su arma infalible para tan dura tarea: su inquebrantable fe en mí.

La influencia de una buena pareja, puede marcar tu vida para siempre, por eso hoy quiero tomar como ejemplo algunas cualidades de mi esposo, que me han enseñado lo que un hombre de verdad debe hacer.

Creer en mí: No sólo se ha dedicado a decirme lo valiosa, inteligente, o talentosa que soy para muchas cosas que yo no podía ver, también me alentó a tomar decisiones fundamentales sobre mi futuro, dándome día a día el respaldo que necesito para trabajar en cada uno de mis proyectos personales. Estoy segura que si el día de mañana le dijera que anhelo viajar a la luna, pues inmediatamente me llevaría a comprar un cohete.
Llenarme de risas: Mi esposo es un hombre que siempre me hace reír, con sus bromas, sus ocurrencias; pero su mayor característica es que luego de alguna discusión puedo confiar plenamente en que esa mirada y esa sonrisa pícara, inmediatamente romperán el hielo, por consiguiente terminaremos en un hermoso escenario de risas y besos, que harán de la discusión  un tema del pasado.
Darme paz: En la adolescencia, al igual que todo joven el último lugar donde quería estar era mi casa; los problemas y discusiones siempre alejan a los jóvenes de su hogar. Pero que hermoso es hoy en día encontrarme en cualquier lugar y saber que lo único que quiero es llegar a mi casa, acostarme en mi cama y conversar abrazada a mi esposo sobre como estuvo nuestro día.
Protección: nunca tengo falta de nada, porque tengo a mi lado a un hombre capaz de responder por mi ante toda circunstancia, no importa en qué situación me encuentre, tengo un maravilloso esposo que siempre se ha caracterizado por salir a mi rescate frente a toda situación.
Ternura: a la hora de dormir, sentir en las noches y en la mañana, la mano de mi esposo acariciando mi rostro y cabello, mientras yo cierro mis ojos para disfrutar el hermoso momento.
Un poco de engreimiento: solo con mi mirarme sabe lo que quiero y no me hace falta nada, busca satisfacer todos mis caprichos, pero lo más hermoso es ver esa sonrisa en su rostro sabiendo que hacerme feliz, lo hace feliz.
No me entiende: Y eso está bien, cuando converso con mi esposo y empiezo a descargar todos los pensamientos, recuerdos, dudas, temores que hay en mi corazón, él nunca logra entenderlos, por la sencillísima razón de que él no ha vivido mi vida, somos distintos; su estructura mental no es igual a la mía. Así que cada vez que me desahogo en una sincera conversación, puedo confiar en que recibiré de ese hombre las dos únicas cosas que realmente necesito de su parte, que me escuche y no me juzgue por pensar lo que pienso, ni sentir lo que siento.
Imperfección: es un hombre real, es humano, es un hombre que al igual yo tiene defectos y áreas que deben ser tratadas por Dios, pero ese tratamiento lo llevamos juntos. Sus debilidades me enseñan a corregir las mías y me ayudan a crecer. He visto a muchas mujeres fracasar en el intento de encontrar un hombre de verdad, he visto como algunas se aferran a la imagen irreal de un príncipe de cuento que solo existe en su imaginación, he visto a muchas encontrar al ogro que consume diariamente sus vidas y aun así permanecer a su lado, por costumbre o temor a la soledad, y he visto a otras vivir atadas sólo al recuerdo de los malos hombres que las hirieron.

Recuerdo que cuando tenía 16 años, escuche una frase muy especial que guardé en mi corazón, el abrazo de un esposo a su esposa, es el abrazo físico que Dios no puede darle a sus hijos; 10 años esperé para comprobar que es verdad, evidencio día a día en la vida de mi esposo como sólo el amor de Dios lo capacita para amarme y cuidarme de una manera tan genuina y especial.

Así que solo puedo concluir lo siguiente, mujer: si a tu lado no tienes a un hombre que te haga sentir cada día más plena, más hermosa, realizada que te desafíe a cumplir tus más grandes anhelos, entonces abre tus ojos y date cuenta de que fuiste creada para ser feliz y mereces más. Porque vale la pena esperar, vale la pena orar, vale la pena renovar nuestros pensamientos respecto al rol del varón, y sacarse los resentimientos que puedan haber en tu corazón.  Respecto a ustedes hombres, sepan que vale la pena dar lo mejor de si mismos para su relación, porque cuando tienen a su lado a una mujer plena y feliz, el beneficio será enteramente suyo.  Y para ambos: créanme, un hombre de verdad y una mujer de verdad, solo pueden ser formados en las manos de Dios, así que no intenten buscarlos lejos de Él.