donde el tiempo parece que no corre,
el paisaje se frena cada abrir y cerrar de ojos
y el silencio se rompe únicamente por un pequeño “run, run”.
El paisaje cambia, arrastrado por tu rail.
El mundo no deja de girar.
Ahí fuera comienza una nueva estación,
el campo parece vestido de verano
guiñando sus ojos al atardecer,
como buscando seguir adelante
sin querer desandar lo andado.
Tren, lleno de historias, de vidas,
de ilusión. De recuerdos y encuentros.
Alma de hierro, forjada con sudor y esperanza.
Tren, en tu interior, descubro mis secretos.
Me bajo en la próxima estación.
Tengo a alguien esperando.
Esperaré sus abrazos, sus besos.
Y el pasado quedará atrás.
Mientras suena una canción:
Mi juventud vuelve con fuerza
Y siento un mareo que me devuelve a la realidad.
Tren, camino hermoso, camino largo.
¡Cuánto vivido y cuánto por vivir aún!