Tengo miedo, miedo que se olviden de mi acento, de mi voz. Miedo que llega del pecho a la garganta, de ese que amordaza el llanto.
Y si mañana se pierden mis raíces y si no recuerdan los que aquí nazcan que otros pasos y otra voces defendieron el recuerdo de otras gentes, que son sus gentes?
Qué será de la abuela vestida de negro, luto eterno...Dónde quedarán el cultivo de los campos, adonde el silencio de la noche, ese que grita el canto de grillos y aullidos cercanos.
Si se olvida el sentimiento, el valor de pertenecer a esta tierra, qué será de los que pasaron y qué de los que vendrán en mañanas en las que carecerán de nombre y de apellidos?
Quién pondrá nombre de antaño a las fuentes y parajes? Alguien se mancará, alguien será fato como el solo? Cazurro seguirá siendo solo un palabro peyorativo? Nadie conocerá su raíz formada por dos palabras, CAD UR, expresión árabe significa “el que no cesa”? Ni la suya propia?
Y las piedras dibujadas, y el olor de los ríos, casi huelen a mar de tanta lágrima derramada!
Ya no serán las manos de los padres cuarteadas por el campo, la mina y el frío de subir el ganado a majadas altas?
Qué será de esa voz cantarina que mece a extraños y da seguridad a los niños. Esos que me da miedo se olviden de mí.
Acaso no te duelo? No te llegan ruido de hoces y guadañas, de trillos en las eras, de lavar de las mujeres?
Nadie gritará a los guajes para que regresen en la tarde ni contará leyendas de lagos y xanas a los niños las noches de nevada?
Solo la helada quebrará el recuerdo de vuestros pasos cuando no haya ya más memoria que la memoria antigua?
Os llenaba el orgullo de guerras, polvo levantado en batallas, coronas en testas orgullosas de su raza, coronas que hacían la guerra en primera fila. Acaso no clamáis por panteones helados, huesos y polvo...Y qué habéis hecho de todo lo que os dieron vuestros valientes genes guerreros, qué ha pasado con las voces y los puños que se alzaban?
Acaso mañana, acaso si nadie hace algo, seré recuerdo. Y alguna Aixa, valiente, sin nombre de la tierra, os diga dejéis de llorar como mujeres por lo que no defendisteis como hombres. Es mejor poner trabas entre hermanos ante común enemigo que dar por una vez la mano al vecino...
El día en que ya no sea ni recuerdo, ya borran en los libros y en los cantos mi historia, la vuestra, esa que no queréis hacer, pero con ello condenáis a los que si lucharon, a los que siempre llevaron el valor de su raza y de su pueblo, de su lengua y de su talla, con vuestras desavenencias y complacencias, abrís la puerta al enemigo.
Tengo miedo, leoneses de que olvidéis país o reino. Tengo miedo a que dejéis borrar mi nombre a un enemigo indigno. Despertad y rugid alto! despertad y enseñad vuestra sangre que me late en las sienes, la sangre antigua derramada, la sangre que defendió esta raza y esta cultura. No pongáis fronteras, no se necesitan, poned orgullo y valor. Haced batalla!
Tengo miedo, mi voz se pierde, y mi historia se quiebra en mentiras...Tengo miedo de que mis hijos olviden que dan la talla juntos. Ahí está la fuerza de ser CAD UR.
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