Jack el Destripador, considerado uno de los asesinos en serie más famosos y mediáticos de la historia, es una buena base para comenzar The Ripper, la nueva apasionante entrega de Carmelo Anaya.
La historia bien podría comenzar con la mutilación de una de las prostitutas más conocidas de Baria (ciudad creada por el autor), y cuyas similitudes con el actuar del homicida del siglo XX, hacen despertar el interés del detective Carrillo que nuevamente aparece en escena con uno de los casos más difíciles de resolver.
Por su parte, él guarda la esperanza de que sus crímenes se detengan cuando lleguen a cinco, tal y como lo cita la leyenda de El Destripador, sin embargo no lo hace y en cambio comienza una búsqueda frenética con implicados falsos y toda una red de proxenetas igual o más de escalofriantes que el propio asesino. Los detalles se unen de forma continua solo para desbaratarse al final y llevándonos por paisajes ambiguos y bien controlados por el autor… de pronto el lector cree saber de quién se trata, sin embargo nunca habrá seguridad hasta que las investigaciones niegan o confirman las pistas que a veces parecen ser puestas por un tercero.
En medio de toda esta locura por controlar su accionar y proteger a las victimas (todas prostitutas), nos vemos encaminados hacia los pensamientos de Carrillo, e incluso con la humanidad del asesino cuyas comunicaciones se dan por mensajes de texto y notas escritas a mano que poco o nada dejan entrever de sus próximos pasos.
Durante su lectura encontramos algunos buenos elementos que vale la pena resaltar: como el hecho de que se haga apología al clima feroz del verano al sur de España, o a las culturas que a veces encontramos tan opuestas y trepidantes o el modo de actuar de una sociedad y de la prensa que va a la caza de un culpable (por más que no lo sea) para darle una dosis de amarillismo a los alarmistas.
Estos elementos ratifican de nuevo a Anaya como uno de los referentes más importantes de la novela negra en el país y suponen un nuevo éxito en el panorama editorial gracias al modo en que consigue captar la atención del lector en cada una de sus poco más de 500 páginas. De hecho muchos han resaltado que no hay párrafo de desecho, ni líneas que deban ser desestimadas, porque cada una fue muy bien lograda.
The Ripper es una obra fascinante, llena de intriga, suspense y un toque bien planteado de lo que nos gusta de la novela negra: estar un paso más allá de los protagonistas y querer decirle a él lo que está pasando o los peligros a lo que se enfrentará, porque al fin de cuentas no hay nada más espeluznante que el temor por lo que pueda pasar.
Es así como Carmelo Anaya nos lleva a vivir emociones de todo tipo donde el feminicidio (tristemente común por estos días), nos enseña su verdadera cara y se aprovecha de la reacción de la sociedad ante él, para hacernos indignar y tomar una nueva perspectiva acerca de lo enfermos que podemos estar para no actuar.
La novela está disponible en papel y en formato Kindle para que puedas leerlo como más te guste.