Es algo que no necesito. Tengo alma, es suficiente con eso.
Lo arranco y te lo entrego.
No es un presente de amor, nada más lejos!
Es un órgano, late, late, late,
así constantemente incluso antes de nacer.
Un día se para, sin dejar de latir, así al romper otro órgano igual
que late al unísono del tuyo.
En ese momento en que dejas de tener corazón,
es el instante en que me doy cuenta de que tengo un alma.
No necesito este que te entrego,
no llegó a quebrarse, yo tuve suerte,
pero te lo entrego para que estés a tiempo de tener corazón.
Y si una noche oyes crujido de cristales cayendo,
o escuchas algo así como un hilillo de agua,
piensa que tal vez, sólo tal vez,
alguien haya roto este corazón que ahora te entrego.
---Margarita Soto---
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