Su obra habla por sí sola pero lo cierto es que su figura pública estuvo a la altura de su extraordinario arte: de Lempicka era una mujer libre que vivió en varios países de Europa y el continente americano, acostumbrada a codearse con la élite intelectual de todos los lugares por los que pasó. Bisexual, valiente y exponente máximo del Art Déco pictórico, su obra cayó en parte en el olvido con la llegada del arte abstracto pero se recuperó a partir de los años sesenta. De Lempicka, T. (1930). La bufanda azul [Óleo sobre tabla]
De carácter fuerte y emprendedor, de Lempicka definiría posteriormente su obra de manera muy directa:
Yo fui la primera mujer en pintar de forma realmente clara, y ese fue el origen de mi éxito. Entre cientos de lienzos, los míos siempre eran reconocibles. Las galerías los colocaban en las mejores salas, porque atraían a la gente. Mi trabajo era claro y definido. Al mirar alrededor, solo veía la destrucción absoluta del arte de pintar. La banalidad en la que había incurrido el arte me desagradaba. Yo buscaba una técnica que ya no existía; trabajaba rápido y movía el pincel de forma delicada. Buscaba la técnica, el arte, la simplicidad y el buen gusto. Mi meta: nunca copiar. Crear un estilo nuevo, con colores luminosos y brillantes, redescubriendo la elegancia de mis modelos. De Lempicka, T. (1927). La bella Rafaela. [Óleo sobre tabla] Única en su obsesión por el retrato en un movimiento tan arquitectónico y de gran formato como el Art Déco, de Lempicka conseguía no obstante introducir el componente épico y trascendente en todo lo que hacía. Sus cuerpos, influidos por el cubismo, eran alternativamente sensuales y arquitectónicos. Su obra sería alabada por otras mujeres como Ayn Rand (autora objetivista que ponía la libertad individual por encima de todo) o, posteriormente, Madonna. De Lempicka, T. (1930). Santa Teresa de Ávila [Óleo sobre tabla]
El arte de de Lempicka mantiene su vigencia casi cien años después, demostrando el carácter visionario de su obra. Sus cuerpos desnudos y el talante desafiante de sus modelos hacen referencia a un poder que nunca pasará de moda.
De Lempicka, T. (1928). Las dos amigas/Confidencias [Óleo sobre tabla] De Lempicka, T. (1945). Chica joven con pensamientos [Óleo sobre lienzo] De Lempicka, T. (1940). Retrato de Louisanne [Lápiz sobre papel] De Lempicka, T. (1938). Susana en el baño[Óleo sobre lienzo]