Paradojas de la vida.
El sueño, constante, te libera del ahora y del presente.
Descanso de noche, eternidad antes que llegue el día.
Se rompen de repente en mil pedazos
los cristales de tu realidad.
Azota el ritmo de la vida tus desvelos.
Y vuelve, atónita, tu verdad.
El mundo es sueño,
Y perdidos nuestros sueños son.
Ahora cae una lágrima peregrina por la mejilla,
No sé si tuya, o mía,
O de quién será.