Pero el desfile de silleteros no se limita al recorrido el 7 de agosto, día en que se conmemora la Batalla de Boyacá y que se premian las diferentes categorías, sino que sus días previos son toda una celebración a la cual acuden propios y extraños.
Ver como los campesinos elaboran las silletas en sus veredas (ubicadas en el corregimiento de Santa Elena) es otro destino de interés, pues tales obras de arte natural adquieren otro tipo de valor como el del esfuerzo y la tenacidad de estas personas que año tras año tejen en sus trabajos mensajes de ecología, paz y tolerancia.
Es un espacio para disfrutar con los amigos, respirando aire puro, recordando la vida del campo, probando delicias montañeras y por qué no, alguna bebida espiritosa para alegrar el ánimo.
Adoro la feria, adoro los y las silleteras.