Salamanca, ay Salamanca me has robado el corazón.
Y es que yo no me la esperaba así para nada. ¡De verdad! No la esperaba tan bonita. Conforme llegamos fuimos a ver la Plaza Mayor. De hecho, el plan para esa tarde era ver la Plaza Mayor y todo lo que estaba para arriba. Para que nos entendamos: Tiendas. Porque en esta preciosa ciudad acaban de abrir un Zara que es simplemente PRE-CI-O-SO. Si, así tal cual. Está construido en un antiguo convento de monjas de clausura y la verdad es que es muy bonito. Llamadme loca pero hasta la ropa me parece más bonita.
Después pasé por Sephora, pero no me voy a extender porque tengo un Haul pendiente de todas las mascarillas que compré. Es que aún no me ha dado tiempo a probarlas todas, perdonadme.
Monumentos everywhere
El día siguiente por la mañana vimos de la Plaza Mayor para abajo. La catedral Nueva esta pegada a la Vieja. Se paga una entrada y te dan un apartito de estos que te va contando la guía. Sinceramente, es horrible. Es eterna. Te dan detalles innecesarios, tardas como dos horas en verla, andas mucho y en mi caso, ni la terminé de escuchar de lo aburrida que era…
La casa de las conchas es bonita. Se ve en 10 minutos, no tiene gran cosa. Aunque a mi me conquistó cuando me enteré de que dentro había una biblioteca. Soy amante de las bibliotecas. Nos encontramos un postboda así es bonita es.
También vimos el puente romano y un montón de edificios super antiguos. Pero a mi me gusta para pasear. La ciudad en un par de días la ves, pero es muy romántica. Y no hizo mucho calor. Así es que nos vino genial.
Una de las noches cenamos en un restaurante italiano justo detrás de la Plaza Mayor. Dios, que buena estaba la pasta!!!! Qué buena!!! Con mozzarella de bufala fresca! Ay… me está dando hambre.
Mérida. Y vosotros os preguntaréis, ¿Lady A, qué hay en Mérida?
Pues efectivamente no hay casi nada. No nos vamos a engañar, en un día la has visto entera. Tiene el anfiteatro romano, que bueno, si has ido a Italia esto te parece algo así como un castillo de Lego.
Pero de Mérida no os voy a hablar de la ciudad en si ya que acabaríamos en 10 palabras. Pero sí del hotel al que fuimos y de la obra de teatro que vimos.
Porque es que fuimos a un hotel en un pueblecito cerca de Mérida, El Arriero . Los dueños son un matrimonio, Fernando e Isabel, que son majísimos. No os molestéis en buscar un sitio para cenar porque ellos os van a hacer un señor plato por cuatro duros. Son habitaciones pequeñitas pero muy limpias. Y el precio por noche con desayuno incluido creo recordar que eran unos 60€ por noche, pero mirarlo en la web y no me hagáis mucho caso.
Una noche decidimos ir a ver una obra de teatro en Mérida. Porque no sé si lo sabéis, pero el teatro romano de Mérida es el único de Europa que aún se sigue utilizando como teatro. Vimos la obra Los Pelópidas. Dicen en la obra que no os contemos nada y que no hagamos spoiler… pero ya os adelanto que os vais a reír mucho. Nosotros íbamos con la idea de que era una obra clásica y, para nada. No os cuento más que me riñen. Si tenéis la oportunidad no dudéis en pasar por allí.
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