"En recuerdo a Gloria Fuertes, escribí hace tiempo este romance-parodia, sobre los tres Reyes Magos y la añorada Gloria Fuertes, quien acercó la Navidad a nuestros hijos de una forma lúdica, graciosa y diferente. Yo me inventé esta historia, donde ella hace de guía de los Reyes y les ayuda a buscar el Portal de Belén, pero no por Palestina, sino por la la comarca placentina de La Vera.
Ahora cambio los personajes y el reparto de Papeles es el siguiente:
La guía: Elvira Porcel - Rey Gaspar: Tiny Gragera - Rey Melchor: Rompecaminos
Rey Baltasar: El Zar Nicolas
Por la sierra de Tormantos,
a unas leguas de Plasencia
tres reyes se han perdido
cuando buscaban al niño
que en un pesebre ha nacido.
Les guía Elvira Porcel,
sentada sobre un pollino,
les lleva por esos montes,
pues dice saber el camino.
Van los camellos cargados.
De aceitunas, castañas y vino
las alforjas llevan llenas
para ese niño divino.
Tiny mirando al cielo,
busca er famoso lucero.
Más está tan nublado el día,
que amenaza un aguacero.
Elvira ojeando el mapa
intenta buscar el camino
y mientras, a escondidas
empina la bota de vino.
El Zar que le ha visto
le ha tirado una aceituna,
¡ Déjalo ya ! - le grita? !
Qué es para el niño que está en la cuna !
Por los montes de Gredos
tres reyes se han perdido
y se está apagando la tarde,
más el lucero no ha salido.
¡ Lo veo mal señor Zar¡
Dice Elvira con acento, (por el vino)
¡No llegaremos a tiempo
para encontrar aposento!
¿Ponémos las tiendas de campaña?
Rompecaminos preguntaba
y al empezar a llover
en un olivar se paraba.
Que sorpresa se llevaron
al ver que se habían olvidado
las tiendas en el desierto
y la noche había llegado.
¡ Mirar, una casa allí abajo!
Gritó El Zar calado,
y con la lluvia y el viento
se fueron bajando un collado.
Llegaron al secadero
donde se seca el tabaco,
pero en la entrada aguardaba
el perro que ahullenta al caco.
¡ Vaya bicho! ¿ Y ahora qué?
Dijo Rompecaminos asustado.
¡No pasa nada!, -dijo Elvira?
¡ Pues no ves que está atado !
Saltó Tiny la pared
y a un charco fue a caer,
y por el agua y el barro
a penas se podía mover.
Apresurose Rompecaminos
sin saber que había pasado
y del salto que pegó
quedó en el barro clavado.
El perro suelto y ladrado
hasta ellos se acercó
y mientras escapaban
un par de mordiscos les dió.
¡ Con que estaba atado éh!
Le gritaba el Tiny enfadado
y Rompecaminos asustado
miraba a la guía mosqueado.
Bajo un puente romano
a orillas de la garganta
pasaron la noche los cuatro
disputándose una manta.
Elvira se despertó gritando
pues se soñó con la fiera:
con esa mujer que llaman
la Serrana de la Vera.
Ya cabalgan otra véz
por las sendas de la sierra.
Bajado y subiendo montes
de esta hondonada tierra.
Buscaron en Villanueva,
en Valverde y Madrigal,
pero nadie les pudo informar
donde estaba el Portal.
Ni en Viandar, ni en Talaveruela,
ni en Losar, ni en Robledillo
les pudieron indicar
donde nació el Pastorcillo.
Preguntaron en Jarandilla,
en Aldeanueva y el Guijo
para ver si alguien sabía
donde nació el santo hijo.
Por Cuacos y por Garganta,
por Jaraiz y Collado,
buscaron por los establos
al Salvador esperado.
Llegaron a Torremenga,
a Pasarón y Gargüera,
Arroyomolinos y Tejeda
pero allí nadie lo supiera.
Se bajaron a Plasencia,
y el mismo resultado,
más, por aparcar mal los camellos
un guardia les ha multado.
Diose cuenta Elvira Porcel
que no fue de Palestina,
el mapa que ella cogió
sino de La Vera placentina..
Por la sierra de Tormantos,
tres reyes se han perdido
cuando buscaban al niño
que en La Vera... no ha nacido.
Tras ellos va Elvira gritando,
sentada en su burrino:
¡Esperadme reyes míos
que ya recuerdo el camino!
©MALT.
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