Hoy os traigo las fotos de mi visita a un lugar que merece mucho respecto por los hechos históricos que allí ocurrieron en el siglo pasado, el Lugar Conmemorativo y Museo de Sachenhausen, lo que durante la Segunda Guerra Mundial fue el Campo de Concentración de Sachsenhausen. Por más que lo haya estudiado en la escuela, no ha sido hasta visitar Berlín y en concreto este museo que no he sido nunca tan consciente de los hechos macabros de la historia europea en un pasado no tan lejano de nuestra actualidad.
Para mi visita recurrí a la empresa de visitas guiadas Vive Berlin. Las visitas son en español y el punto de encuentro es en la Potsdamer Platz donde cogimos un tren durante unos 40 minutos hacía la ciudad de Oranienburg (cerca de 35 kms al norte de Berlín). Para esta visita la empresa no tiene ninguna tarifa especifica, cada visitante pone el precio al final de la visita, como tasa fija hay que pagar 1,20â?¬ destinado a la Fundación del Memorial. Me gusta este sistema, ya lo había utilizado en Berlín como os he comentando en este post.
El formato actual fue inaugurado en 1993, después de la Reunificación Alemana. En su reestructuración tuvieron claro el concepto que querían que el visitante tuviera la percepción exacta de como estaba construido el campo durante la época en que era utilizado como campo de concentración modelo. Pero su historia remonta al verano de 1936 cuando fue construido por prisioneros de otros campos de concentración. Por su proximidad con la capital este campo tuvo una gran relevancia, siendo sede de la Inspección de Campos de Concentración a partir de 1938. Por allí pasaron más de 200.000 personas entre 1936 y 1945. Una vez terminada la guerra y hasta 1950 fue un Campo Especial Soviético, donde mantenían encarcelados principalmente personas con ideologías nazis. Más tarde y en el periodo entre 1961 y 1990 lo llamaban Monumento Nacional de Recuerdo y Conmemoración de Sachsenhausen en el que los soviéticos más que recordar los hechos allí ocurridos enmarcaban la victoria del antifascismo sobre el fascismo.
Durante la visita pasamos por diferentes edificios algunos originales otros reconstruidos intentando escenificar como vivían, mejor dicho mal vivían, los que eran trasladados para el campo. Pasando por la Plaza de recuento de prisioneros (donde estos tenían que pasar tres veces al día), por las celdas de castigos, el barracón donde dormían, la cocina, la enfermería, las zonas de trabajo, el crematorio… en fin pasamos por todas la zonas que nos hacen entender como funcionaba el sistema nazi en los campos de concentración y exterminio. Según vas avanzando y la guía te va contando como lo tenían todo meticulosamente organizando te pone los pelos de punta solo de pensar en el sufrimiento que han podido experimentar miles de inocentes en las manos de mentes perturbadas. Es una visita dura pero que te hace entender hechos reales ocurridos en este mismo lugar durante muchos años, creo que es muy importante entenderlo para que no vuelva pasar. Que no te lo cuenten…
El reloj de la entrada del campo marca siempre la misma hora, la hora en que el 2 de mayo de 1945 el Ejercito Rojo entró a liberar el Campo.
“Arbeit Macht frei” o sea “El trabajo libera” con este lema eran recibidos todos los que eran trasladados allí… Pura ironía que les creaba ilusión de que un día serían liberados y trabajaban al máximo.
Las celdas de los prisioneros considerados más importantes
Las celdas de todos los demás
Dentro de un barracón encontramos un pequeño museo con una exposición sobre la indumentaria y símbolos utilizados para la identificación de prisionero.
En la cocina podemos encontrar algunos dibujos que se supone que eran de niños que estuvieron en el campo, la ilusión la tenían hasta el final :(
Uno de lugares mas macabros, la sala de autopsias
¡Respecto!