Título: La mujer del porvenir
Autora: Concepción Arenal
Ilustradora: Antonia Santolaya
Prólogo: Anna Caballé
Editorial: Nórdica Libros
Fecha de publicación: 27 ene 2020
Idioma original: Español
Tamaño: 15 x 21 cm.
Encuadernación: Rústica
Páginas: 224
ISBN: 978-84-18067-15-0
1820-2020
bicentenario del nacimiento de Concepción Arenal
La mujer del porvenir (1869) es un tratado en el que Concepción Arenal analiza la inferioridad en la que vive la mujer y la marginalidad que sufre respecto del hombre. A la vez, aporta medidas y soluciones para acabar con dicha situación, como mejorar su educación. La presente edición incluye, además, otro sobresaliente ensayo, La mujer de su casa (1883), en el que la autora vuelve a las ideas presentadas en La mujer del porvenir para revisarlas y aportar una perspectiva más madura. Nunca hasta ahora se habían publicado en un mismo volumen. Ambos tratados nos ayudan a entender la situación de la mujer hace más de un siglo y nos dan herramientas para analizar con detalle las mejoras conseguidas en la lucha por la igualdad en los últimos tiempos y para establecer futuras reivindicaciones.
Los que se dirigen a ti suelen tener la idea de atraerte a su creencia, a su opinión; mis pretensiones son más modestas: no intento persuadirte ni convencerte; toda mi ambición se limita a que al concluir estas páginas, dudes y digas, primero para ti y después para los otros: “¿Si tendrá razón esta mujer en algo de lo que dice?”.
Concepción Arenal
Concepción Arenal (El Ferrol, 1820 - Vigo, 1893). Estudió en Madrid Derecho, Sociología, Historia, Filosofía e idiomas (teniendo incluso que acudir a clase disfrazada de hombre). En 1862 publicó su manual El visitador del preso, traducido a casi todos los idiomas europeos. En 1864 fue nombrada visitadora general de prisiones de mujeres. Colaboró con Fernando de Castro en el Ateneo Artístico y Literario de Señoras, precedente de posteriores iniciativas en pro de la educación de la mujer como medio para alcanzar la igualdad de derechos.
Antonia Santolaya (La Rioja, 1966). Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, cursó Posgraduado de grabado en St. Martins University de Londres. Después regresa a Madrid y durante un tiempo se dedica a la pintura, a la escultura y al grabado. Más tarde comienza a dedicarse a la ilustración. Ha recibido el Premio Apel-les-Mestres de la Editorial Destino, así como una Mención honorífica Invenciones 2010 en México. En 2011 recibió el Premio VI Concurso internacional álbum ilustrado de Gran Canaria.
Aunque en la portada veamos La mujer del porvenir de Concepción Arenal, también incluye el tratado La mujer de su casa. Posee unas ilustraciones de Antonia Santolaya y el prólogo de Anna Caballé.
Estas obras celebran el bicentenario del nacimiento de la autora, por lo que al leerlas debemos de hacer un esfuerzo por entender la época en que están escritas. Siendo unas líneas que se adelantan a su tiempo, nos puede sorprender lo poco que pedía
Ambos plantean de una manera magistral con ejemplos fáciles de entender, la importancia de la educación y la incorporación de la mujer al trabajo. Primero por ella, luego por su familia y después por la sociedad.
No deja de ser un alegato por la igualdad y equidad del 50% de la población mundial. Lo enfoca, ya no solo en el bien de la mujer, si no en el de la humanidad. A veces lo iguala con acierto, a la esclavitud afroamericana.
Mostrando con datos de EEUU (donde ya la mujer tenía derecho de ir a la universidad y ocupaba puestos de responsabilidad), junto con otros tratados científicos para dar más propiedad a sus palabras.
Cuesta entender como hace tan solo dos siglos la mujer estaba tan infravalorada, de tal forma que, cuando se hablaba de ejemplos donde destacaba intelectualmente a lo largo de la historia, se les llamaba rara excepción.
Mientras leía sus páginas me parecía escuchar las palabras de Blanca Portillo, en la película La visitadora de cárceles que hizo sobre la vida de Concepción Arenal y tuve la suerte de ver.
De una forma irónica rebate las razones por las cuales creían a la mujer incapaz de aprender. Un ejemplo es como se le juzgaba igual que a un varón al cometer un delito y se veía vetada a estudiar o trabajar.
Una de las cosas que más me llamaba la atención era que la escritora habiendo estudiado Derecho, Sociología, Historia, Filosofía e idiomas en estos tiempos debió sentir como la trataban como inferior o como mucho rara excepción.
No creo que sea el primer tratado que he leído, pero si ha sido el más divertido. Además de que su lenguaje, aunque sibilino, a veces, es de fácil compresión. Sobre todo porque es la que hoy llamaríamos un zasca en toda la boca sin parar.
Los libros con ilustraciones parecen que están de moda y aquí hacen un compendio maravilloso. Logra hacer al libro más ligero en su lectura y ha sabido captar el mensaje de cada sección y plasmarlo de una forma impecable.
Al ser capítulos cortos e ir al grano (algo intencionado por la escritora) es un libro muy rápido de leer. Sin duda, tiene partes muy divertidas donde puedes reconocer errores actuales, incluso propios. Una buena lección de vida.
Creo que estos tiempos vuelve a ser importante leer este tipo de libros, ya no solo por ver lo que hemos conseguido hace tan solo dos siglos, sino por todo lo que podemos perder de un plumazo sin saberlo.