Reseña #274. Tres enanos y pico, de Ángel Sanchidrián

Portaa de Tres enanos y pico de Angel Sanchidrián, en la que en un cartel tipo taberna medieval se ve un escudo dividido entres partes, cada una de un color y con un enano. De fondo, se aprecia un bosque y un castillo.
Tres enanos y pico

Editorial: Planeta
Páginas: 480
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
ISBN: 978-84-08-17113-3
Precio: 17,90
Sinopsis
Wifo Medroso es un joven estudiante, cobarde y enclenque, que realizará sus prácticas de Enanología en la ciudad de Villa Trifulcas. Hasta aquí podría parecer una historia anodina y sin ningún interés. ¿Pero habría sido escrita si lo fuera?

Mientras el becario estudia las costumbres de los enanos, el mundo se encamina hacia el desastre.

Elfos racistas y xenófobos, una banda criminal dirigida por un niño de ocho años, enanas homicidas, políticos corruptos, trolls, orcos, guerreros errantes, ogros y magos, bosques encantados, reinas, asesinos, peleas, palizas, asedios y batallas, mentiras, secuestros, amenazas, un burro guardaespaldas y, aunque parezca increíble, mucho mucho más.

¿Qué podrá hacer Wifo, en medio de este follón, para salvar su propia vida y la de los enanos?

Reseña
Una divertida novela que parodia a la fantasía épica de manera magistral.

Lo que el lector tiene aquí es, ni más ni menos, que una parodia. Una parodia muy bien escrita y muy bien llevada, aunque el lector no se da cuenta completamente hasta que la lectura avanza. Pero vayamos por parte.

Esta historia aúna en sus páginas todo lo que la fantasía épica posee: diferentes razas que se odian, acción y guerra por doquier, situaciones donde el valor prima, cuestiones de «tronos» (ya me entendéis) y clichés, muchos clichés. Al fin y al cabo, Tolkien puso unas bases tan firmes de lo que era la fantasía épica que es muy difícil innovar o salir de ahí.

Pero en esta ocasión no se trata de una novela más que intenta imitar al legendario escritor, sino que con mucho, muchísimo humor, una mala leche increíble y mucha ironía pone patas arriba todo lo que tenemos en mente sobre este género.

En en sus primeras páginas se puede ver ese tono irónico que el autor ha querido imprimirle al libro con la crítica a la burocracia (que fueron mis primeras carcajadas) y a otros males de la sociedad modernas, como la corrupción, las drogas y el alcohol en exceso, el racismo. Por otra parte, le ha dado a este curioso mundo pseudomedieval algunas de las «ventajas» que tenemos en la actualidad (o que teníamos), como las becas de estudio o las Erasmus para irse de fiesta con otras razas. El tono irónico y humorístico se mantiene en numerosas situaciones más allá de cambiar y alterar escenas típicas de la fantasía, como decir que las profesiones más peligrosas son ser lingüista o filólogo y que las Humanidades son solo para gente valiente y aventurera, o inventar la armas de guerra de darle cualquier uso menos el que tienen (como el inventar catapultas para lanzarse comida dentro de la ciudad por si faltaba en un banquete).

La trama de la novela es, curiosamente, sencilla y casi lineal si se compara con otros libros del género, pero lo compensa de manera excelente con la parte imaginativa y los momentos de humor. Wifo Medroso es joven (no un adolescente) bastante cobarde, tranquilo, amante de los estudios y un desastre en general, que ha decidido pedir una beca para irse a la ciudad enana de Villa Trifulca a estudiar a los enanos para renovar y ampliar los pocos y obsoletos conocimientos sobre la Enanología. Lo que en principio iba a ser una matrícula sacada de una forma sencilla se convirtió en un infierno al no encajar ni por asomo en la alocada y brutal sociedad enana: beber todos los días hasta quedar inconsciente, saludos y gestos afectivos que parecían palizas para el enfermizo cuerpo del joven humano, etc.

Pero cuando los trolls, los orcos y quimeras como los trollcos sitian Villa Trifulcas, Wifo se embarcará en más aventuras de la que su pobre cuerpo puede soportar. Aparecerán los racistas elfos del hielo para exterminar a todas las razas inferiores mientras que los humanos no saben donde esconderse, salvo una, Ramona, quien en contra de todo pronóstico está destinada hacer algo grande.
Tres enanos son los encargados de convertir a Wifo en uno más si quieren ya no solo que el joven humano salve a los enanos, sino simplemente que sobreviva, ¡aunque ello le cueste la vida a Wifo!

Enano anciano con barba blanca, equipado con hacha y escudo, ordenando la carga de sus congéneres.




«A pesar de la voluntad que le ponían los Veteranos, su carga a la carrera degeneró, en los últimos metros, en algo parecido a una procesión de tullidos. A excepción de Riñas, Robusta, Follón y Grosa, los demás llegaron sin resuello, renqueando y tosiendo. ... leer más


-Joder -refunfuñó Toses-. Ya no somos unos chavales.

-A mí se me ha vuelto a salir un menisco -añadió Burda frotándose la rodilla.

... leer más


Pero los Veteranos se recompusieron enseguida. Estiraron sus escacharrados cuerpos y comenzaron con su tarea de lanzar tajos y mamporros a sus rivales: en pocos minutos, los enanos habían conseguido aquello que tan bien se les daba hacer: convertir la batalla en una greca tan caótica y confusa que al enemigo le resultaba imposible maniobrar tácticamente.»

La novela está llena de situaciones y referencias fantásticas, ya sea literarias, cinematográficas o de videojuegos, todas reconocibles rápidamente. Podemos encontrar El Señor de los Anillos (mayoritaria), Juego de Tronos, 300 y Assasins Creed, entre otros. Sanchidrián le ha dado una vuelta de tuerca a todo lo que asumimos sobre las razas fantásticas, especialmente a los elfos, porque algunas razas se han establecido de tal manera que es casi imposible cambiarlas, siendo por ejemplo inevitable cuando se piensa en un orco irse a la versión de Tolkien o a la de Warcraft. Los elfos son racistas y demagogos, causantes de la creación de la cerveza y la hierba de la risa para destruir a otras razas y causantes de guerras; los orcos y trolls hablan de manera fina, aunque sigan siendo más tontos que una piedra; los ogros parecen un grupo de canis chapeau por los nombres!); los humanos son generalmente cobardes y oportunistas.. siendo los enanos la única raza que no ha salido muy «mal parada».

Es quizás la novela con la que más me he reído. La cantidad de situaciones absurdas o completamente diferentes a lo que esperamos es tal que es imposible no soltar carcajada tras carcajada, ya sea por cambios en famosas escenas de la literatura/cine/ videojuegos o por los estrafalarios y atípicos personajes. Por ejemplo, un fragmento que a mi me encantó, fácilmente reconocible:

-¡Cuenta con mi hacha!- vociferó Riñas.

-¡Y con mi hacha! -aulló Robusta.

-¡Y con mi hacha! -clamó Follón.

- Genial, un montón de hachas. ¿Y nadie tiene, por ejemplo, un arco?

-¿Un arco? -preguntó Riñas en tono de guasa. Los tres enanos se rieron con ganas-. ¡Claro, un arco y un ramo de flores, princesa!

-¿Qué arma arrojadiza usáis entonces los enanos? ... leer más


-El hacha.

La novela se divide en 65 capítulos, el prólogo y el epílogo, presentando un narrador omnisciente. Los capítulos están divididos en tres partes no equitativas en cuanto a los capítulos. En la primera, Conociendo a los enanos (8 cap.), presenta a numerosos personales y narra sobre todo el choque cultural entre Wifo y los enanos. En la segunda, Salvar Villa Trifulcas (39 cap.), narra todo lo que es el sitio de la ciudad más alguna misión extra. Y en la tercera, La Batalla del Montón de Ejércitos (18), narra la macro guerra entre las diferentes razas.

En cuanto a las descripciones de los lugares, está todo detallado lo suficiente como para que el lector no tenga problemas en imaginarlo, pero las descripciones no son lo importante para esta historia. Ni tampoco lo es la evolución de los personajes o sus sentimientos, ya que todos están muy bien definidos y no realizan cambios significativos en su forma de actuar o de pensar. Realmente aquí sí que hay una lucha entre el Bien y el Mal, por lo que lo importante es lo que ocurre, haciendo todos lo que se supone que harán. Esto no significa que sea malo o de peor calidad, sino que todo depende de cómo esté llevada la trama. Y de eso no hay ninguna queja.

La narración es sumamente ágil, amena y directa, sin palabras raras más allá de la forma propia de hablar de cada raza y de determinados personajes (que en el caso de los trolls o de Grosa tiene un mérito increíble) y con muchas palabrotas que no desentonan con la historia. Al principio me costó ligeramente adaptarme a la estructura de la novela al poseer numerosos comentarios irónicos que, a priori, no tenían que ver con la novela, pero al final acabé reconociendo que la enriquecían.

Si algo no me ha gustado del todo del libro es el final. Me ha parecido que iba totalmente acorde al libro y que, incluso, es un «punto» que a más de uno le hará reír y recordar, pero a mí curiosamente ese tipo de finales no me llaman. Pero esto ya es una opinión personal y por ponerle un «pero» a esta estrafalaria y divertida historia. Ojalá el autor se decida a sacar otra parte, sería una inmensa alegría.

Como conclusión, una novela ágil, entretenida y gamberra, que hará las delicias de los amantes de la fantasía épica porque tiene todos los elementos de una buena novela del género, pero todo desde una perspectiva irónica y con mucho humor (negro en ocasiones). Recomendadísima al 100 %.

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