Estos datos son un gran indicador de lo que supone en la República Checa esta bebida, ya que su consumo está íntimamente unido a la historia, cultura y tradiciones checas. Esto es así hasta tal punto que la Asociación Checa de Cervecerías y Malterías (ČSPS) presentó en 2022 una petición a la UNESCO para que la cultura de la cerveza checa fuese reconocida como patrimonio intangible de la humanidad. Y es que el consumo de cerveza en la República Checa es todo un modo de vida, de socializar y disfrutar de la vida.
Turismo cervecero
La República Checa es un paraíso para las personas aficionadas a los viajes y a la buena cerveza. Hay que tener en cuenta que aquí existen más de 1000 cervecerías y más de 250 marcas de cerveza, entre las que tiene especial relevancia Pilsner Urquell, conocida por ser la primera Pilsner del mundo y Budweiser Budvar.Hay numerosas fábricas de cerveza que ofrecen interesantes tours por sus instalaciones. También se pueden visitar los típicos pubs y vivir la tradición cervecera checa de primera mano. Hay que tener en cuenta que los pubs son un sitio para socializar, por lo que suelen cerrar temprano, a las once o doce de la noche. Se recomienda ir temprano, sobre las cinco o seis de la tarde para coger sitio, o reservar con antelación.
Cerveza checa desde el 993
La primera cervecería checa data ni más ni menos que del año 993 y estaba situada en el reino de Bohemia, lo que hoy en día es la parte oeste de la actual República Checa. La fábrica de cerveza se encontraba en el monasterio del barrio de Břevnov, en Praga, que empezó a fabricar cerveza en el año 993, y recientemente ha vuelto a hacerlo tras un paréntesis de 120 años.Como ocurría con sus vecinos de la región de Baviera, la cerveza se elaboraba en monasterios y abadías, lo que permitía que los monjes consumiesen alcohol durante las épocas de ayuno.
Además, se consideraba que la cerveza tenía propiedades curativas. Esto era debido a que la cerveza estaba fermentada, por lo que era mucho más sana que el agua, que solía estar contaminada.
Pilsner Urquell, el origen de la cereza Pilsen
En 1842, doce ciudadanos de Plzeň abrieron una fábrica de cerveza y contrataron a Joseph Groll, un cervecero de Bayern, quien probó una técnica experimental de elaboración de cerveza llamada de fermentación baja.El resultado fue un éxito: una nueva cerveza de aspecto brillante, dorada, espumosa y lupulada que se hizo muy popular. Hay que tener en cuenta que hasta la fecha todas las cervezas eran oscuras y turbias.
A esta Pale Lager se la llamó Pilsen (en honor a la ciudad que la vio nacer) y ha sido imitada hasta la saciedad, llegando a convertirse en el estilo de cerveza más consumido del mundo. Esto propició que a su nombre se añadiese la palabra “Urquell” (que significa “original”) para diferenciarla de imitaciones.
Budweiser, cerveza de reyes
Budejovicky Budvar, la Busweiser original, nació en la ciudad la cuidad de České Budějovice “Budweis”. Era conocida como la “cerveza de reyes” ya que en el siglo XVI esta cerveza era consumida en la corte de Fernando I de Hasburgo, rey de Bohemia y de Hungría y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. En 1895 nació la cervecería Budweiser Budvar Brewery y en 1930 registró el nombre de Budvar para un nuevo tipo de cerveza basada en la célebre cerveza de la ciudad de Budweis.La Budweiser checa es a menudo confundida con la conocida Budweiser norteamericana. La cerveza de USA fue creada por un inmigrante alemán llamado Adolphus Busch quien emigró a Estados Unidos, fundó una fábrica de cerveza y bautizó Budweiser a su cerveza insignia. Anheuser-Busch y la cervecera Budvar se han enzarzado en numerosas batallas legales a lo largo de los años para determinar quién tiene el derecho legal a utilizar el nombre Budweiser.
En el 1939 se aceptó reservar el nombre Budweiser a la marca checa en Europa y a la marca norteamericana en el resto del mundo. En 2007 Anheuser-Busch y Budějovický Budvar acordaron que Anheuser-Busch sería el importador de la cerveza checa en Estados Unidos, donde pasó a llamarse Czechvár Premium.