Hola a todos y bienvenidos un día más. Ya estamos a jueves, la semana ha volado. Ya sabéis que hoy toca post improvisado, de esos que ni corrijo ni releo así que de mano pido perdón por los fallitos. Y sin más rollo empezamos.
Es muy temprano y estoy como siempre con mi gato y mi café, en realidad es el segundo. La casa está en silencio, y en la calle se escuchan algunos pasos, muy pocos, seguramente de alguien que va a trabajar o vuelve por fin al hogar.
Ayer por la mañana mi hija me preguntó un dato de La vida es sueño, y yo lo recordé a la perfección, y la torturé recitándole un fragmento bastante largo. Y eso me hizo acordarme de una de las personas que me enganchó a la literatura.
Lógicamente nuestros referentes suelen ser los padres. En mi caso mi madre siempre potenció nuestra imaginación, nos enamoró del arte, nos enseñó a ser independientes, a buscar una igualdad, a luchar y a la vez a vivir la vida intensamente, eso tan efímero y hermoso.
Y mi padre nos enseñó a leer mucho, pero mucho, a ser aventureras, nos aficionó al cine, íbamos a sitios donde nadie iba porque cada uno tiene unos gustos y hay que luchar por ellos, también es guay ser original, y nos enseñó a querer.
Y mis abuelos igual, nos enseñaron a ser generosas, a tener siempre ilusión, a querer a los animales, a cantar, a tocar, a inventarnos historias y a jugar...todos nos enseñaron.
Pero claro, la vida de una persona va más allá de la familia, todos salimos, entramos, vamos al cole, tenemos amigos y crecemos, y con nosotros crece ese círculo.
Pues en mi caso si hay alguien fuera del círculo que me marcó y no he olvidado es mi profe de lengua y literatura de séptimo y octavo de EGB. Nunca, ni antes ni después, volví a tener un profe como él.
A lo largo de los años tuve buenos profes con los que aprendí mucho, pero es que voy mucho más allá de las clases propiamente dichas o del temario.
Este profe era una persona que potenciaba lo bueno de los alumnos, y lograba despertar nuestro interés.
Cada día teníamos que hacer un dictado, y él lograba que no fuera aburrido. Sus contenidos eran de lo más variado, si un día nos ponía un texto clásico al siguiente se atrevía con una canción de Mecano, y otro día un cuento infantil.
Además, después del dictado teníamos que corregir las faltas, y en ese caso era tradicional y teníamos que copiar 5 veces las tildes y 10 las faltas.
Pero lo mejor era que entre todos elegíamos una palabra interesante del texto y teníamos que rotularla.
Y además hacíamos una ilustración del texto.
Como extra nos mandaba buscar en el diccionario las palabras que no conociéramos y cuando comprendiésemos el significado, hacer una frase con ella.
Y por supuesto, había unas preguntas sobre el dictado, pero hechas en voz alta y de forma muy divertida.
Pues esto que parece un rollo contado aquí nos encantaba, en clase había una competición por los rótulos y las ilustraciones y se generaban auténticos debates con los textos, ya fuesen canciones modernas o narraciones antiguas. Nos fomentaba la lectura comprensiva sin que nos diésemos cuenta.
Además los viernes, en7º, dábamos mitología griega. A mí siempre me gustó pero con él ya me enganché totalmente.
Y los viernes, en 8º, me enamoró de Machado, y sigo enganchada a él, no hay poeta que pueda superarlo.
Gracias a este profe me he acostumbrado a buscar las palabras que no conozco y no me conformo con sacarlas solo por contexto.
Y cuando leo algo, lo que sea, me hago preguntas para intentar comprenderlo, la lectura comprensiva es muy importante.
Este hombre nos hacía cada año preparar una felicitación para Alberti por su cumple, y él nos respondía, lo que nos volvía locos de ilusión.
Y nos llevaba de excursión y presentaba nuestros trabajos a concurso, yo gané uno con un poema horroroso dedicado a Federico García Lorca.
Él fue quien me animó a escribir, además de mi familia, claro, donde unos cuantos escriben. Siempre me decía que yo era muy Machadina, y aunque a día de hoy sigo sin saber a qué se refería exactamente, me hacía ilusión.
Además en el cole teníamos una huerta, y en los ochenta no era algo frecuente.
Con los años tuve otra profe que me animó a escribir y que me hacía leer en clase mis poemas y mis obras(y yo lo pasaba fatal, un día lloré y quise fingirme enferma), y me acuerdo mucho de ella, claro, pero no es lo mismo porque no tenía tantos extras.
Mis clases con ese profe que os digo no eran unas clases normales, constantemente nos animaba a escribir, a inventar historias, a llevarnos bien y hacer cosas en grupo...
Muchas veces nos aprendíamos poemas o textos y los representábamos, y si el día era bueno lo hacíamos al aire libre, por eso ayer me acordé de La vida es sueño, al igual que muchas poesías de Bécquer(cuando me dijeron que mi padre había fallecido me vino una a la cabeza, lo conté en este texto que no soy capaz de releer), de Quevedo o de Miguel Hernández.
Y entonces muchos nos enganchamos a la literatura clásica. Yo siempre he leído mucho, pero prefería mil veces más uno de mis libros juveniles o uno de Julio Verne que a Ramón J. Sender, hasta que mi profe me hizo verlo todo con otros ojos.
Además mi profe era poeta, y logró engancharme a las palabras.
Con el tiempo me he encontrado más personas de esas que marcan, amigas que se quedan grabadas, chicos que se han cruzado en nuestra vida, personas con las que hemos conectado, esa chica uruguaya que fue tan tan buena vecina y amiga...y todos nos ayudan un poco a ser como somos. Y por supuesto espero seguir encontrando ese tipo de personas, aunque realmente cuando más nos suelen marcar es en la infancia.
Yo no suelo acordarme de mi profe, la verdad, pero sí que se me ha quedado grabado lo que me enseñó, y lo aplico.
Supongo que el hecho de dedicarse a lo que le gustaba y usar métodos alternativos ayudó a que lo aprendido se quedase para siempre aunque a veces esté en la recámara y solo aparezca en caso de necesidad.
Y me alegra haberme cruzado con alguien así porque en mi casa siempre hemos valorado mucho el arte(mi madre tiene un dibujo de Alberti firmado por él) y somos locos de la mitología griega y de Mecano, pero sin él Machado no habría llegado a mi vida, ni los rótulos y las ilustraciones, ni esa insistencia en que escribiésemos con corrección.
Es curioso lo mucho que influyen a veces algunas personas en nuestras vidas y aunque no nos acordemos muchas veces de ellas en cierto modo están presentes, en cada paso que avanzamos hay un poquito de ellas.
Bueno, me estoy enrollando y como de costumbre no estoy llegando a ninguna conclusión, pero ayer me sorprendió tanto recordar con semejante nitidez la obra de Calderón que no pude evitar pensar en mi profe. Y entonces me pregunté si a muchos os habría pasado, si tenéis a alguna persona de esas que marcan en la memoria, por supuesto fuera de la familia directa; un profe, un vecino, una amiga...
Pues creo que ha llegado el momento de finalizar el post. Muchísimas gracias por leerme y nos vemos el sábado en el resumen semanal. Ahora me pondré con desayunos y en un ratito intentaré contestar los comentarios de ayer, que me han quedado bastantes.
Y vosotros; ¿habéis tenido alguna persona que os marcara? ¿Era un profe o tal vez un amigo? ¿Habéis marcado vosotros a alguien?
¡¡¡¡¡Hasta el sábado!!!!!