Reflexión; estaciones

Jueves reflexivo; de trenes y estaciones

Hola a todos y bienvenidos un día más. Hoy empiezo a escribir un poco antes que otras veces y espero acabar enseguida porque me voy a acompañar a mi hijo a la estación, así que sin más rollo empezamos.

He mirado el post que hice el año pasado por estas fechas, y resulta que hice lo mismo; había mirado el post del año anterior para inspirarme. Y ambos años hice un paseo pero hoy estoy con poco tiempo y no quiero contarlo deprisa(el sábado di uno muy chulo) así que mejor divago un poco, ¿no?

Ya que voy a ir a la estación os diré que soy absoluta fan de las estaciones en invierno y especialmente por la mañana temprano. Mi favorita en todo el mundo es la de Madrid, tanto la de autobuses como las de trenes. De tren por dentro solo conozco Atocha y Chamartí, así que tampoco es que conozca demasiado, y de autobuses pues la central, antes estaba en otro sitio, eso sí. Me gustan otras, las de Londres son una gozada, por ejemplo, pero Madrid...ainnns me trae buenísimos recuerdos.

atocha


Cuando estoy en una estación temprano me gusta mirar a mi alrededor e imaginarme las historias de la gente. Si veo chicos jóvenes me imagino que son estudiantes llenos de ilusión y proyectos. A veces me imagino incluso alguna historia romántica entre ellos o me pregunto si estaré contemplando a un futuro político, a un prometedor doctor que va a salvar vidas o a una increíble periodista que va a destapar un escándalo mayor que el Watergate.

También me gusta observar a la gente más mayor e imaginarme sus vidas. Si veo una chica o señora medio dormida, con gesto serio y no demasiado arreglada me imagino que es una madre de familia que tiene que bregar ella sola con todo y trabaja de sol a sol para savar adelante a la familia.

Si veo a alguien arreglado, bien un hombre trajeado con corte de pelo caro o una mujer muy elegante y con buen perfume, que hablan constantemente por el móvil me imagino que son ejecutivos que trabajan en un superedificio inteligente y van en transporte público porque no quieren meterse con el coche en un atasco.

También suele haber gente con los niños, para dejarlos en el cole y luego irse a trabajar, o personas tan indefinidas que es imposible imaginarse nada.

Y esto me hace recordar mi adolescencia, cuando yo iba al instito en autobús. En aquella época trabé amistad con bastante gente que fui conociendo en el bus. Luego mediante ellos iba conociendo a otros y al final el grupo del autobús era una relación sólida.

Adoraba coger el bus temprano, con la calle oliendo a frío, aún de noche y con alguna estrella solitaria salpicando el cielo.

En aquellos tiempos sin móvill no sabías a quien te ibas a encontrar en el bus porque a veces las cosas cambiaban sobre la marcha; uno no tenía clase a primera hora porque el profe estaba malo y se había enterado a última hora del día anterior así que yo no lo sabía. Otro entraba antes porque tenía que repasar para un examen, otro perdía el bus porque ese había dormido y claro, ¿cómo me avisaba?

Pues esa incertidumbre me encantaba, y el viaje hasta el insti también, charlando de todo un poco. Recuerdo que el día que murió Freddy Mercury sonaba una canción suya cuando subí al bus, y fuimos todo el vaje en silencio ante la inesperada noticia.

Ay dios lo que estoy divagando. Hoy no podré detenerma tanto porque para empezar vamos en coche, pues ha llovido y no podemos arriesgarnos a que vuelva a llover y mi hijo se moje y se quede con la ropa mojada horas. Y si la cosa se complica para aparcar a lo mejor ni me bajo del coche, pero si esperamos en el coche a que arranque el tren también podré observar a la gente que viene y va e imagnarme cosas con mi marido, porque desde el coche no nos oyen hablar y deducir tonterías, jejeje.

Y lo otro malo es que no veré al sereno. La semana pasada fuimos a buscar a mi hija a la estación(es que ellos el poco dinero que se ganan con cositas lo gastan en viajar) y hubo suerte y lo vimos. Recuerdo que os había llamado mucho la atención que aquí hubieran rescatado este oficio tan antiguo.

Bueno, tengo que irme así que despido el blog un poco a lo bruto, hoy ni siquiera pego el repaso que le doy otras veces.

Mil gracias por leerme y a ver que me encuentro en la estación, a ver si me inspiro para algún relato qu ees algo que me apetece retomar y no encuentro el momento.

¡Feliz jueves y hasta el sábado!

*Edito para decir que al final me bajé del coche, estuve por allí y comprobé que las cafeterías de estación huelen igual en todas partes. Y en plan turista cutre de mi propia ciudad hice unas fotos que os dejo.

estacion-gijon


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