Qué curioso concepto del esfuerzo
basado en la superación y la purga.
Qué terrible adversidad que te ciega,
si tu otro yo fue amigo del mal,
y te toca hoy pagar sus culpas.
Y luchar por tu “yo” futuro,
para que viva mas feliz que tú,
agasajado con los premios de tu esfuerzo.
Con el rédito de tu dolor actual.
Pero tú no quieres cambiar, tú, mi “yo” de ahora,
sigues lamiendo tus heridas.
pensando en el pasado,
y cómo degeneraron tus días.
y te quedas solo con el consuelo de tus sueños,
que deseas que lleguen para vivirlos
como otra vida real,
con el beneplácito de tu otro “yo”.
Con el deseo de lo que pasó
y de aquello que, quizá, algún día sea.