Imagen: exoticca.com
Cuzco: la puerta de entrada a Machu Picchu
Vale. Es hacer trampa comenzar un artículo de lugares recomendados para visitar en Perú más allá de su máximo reclamo con la ciudad que lo acoge o que sirve de comienzo para la ruta que nos lleva a lo más alto del popular macizo, pero es que la ciudad de Cuzco, nacida sobre el asentamiento inca que dio lugar al Machu Picchu, bien merece brillar con luz propia y no a la sombra del monumental lugar de peregrinación mundial.
A los obligados recuerdos de la civilización que hoy la hace popular se le suma multitud de huellas y joyas de la época colonial como la Iglesia de Santo Domingo, construida sobre las piedras de las Casas del Sol incas.
Lago Titicaca: monumentalidad natural
Un país que pueda presumir de destino turístico de primera no sólo debe depender de construcciones milenarias o contemporáneas creadas por la mano del hombre. La intervención de la naturaleza en paisajes de infarto como los que ofrece el lago Titicaca son parte de los recursos que ponen en valor el activo turístico de calidad de un país.
Situado a 3.800 metros de altura y frontera natural con Bolivia, es el lago navegable más alto del mundo, lo cual nos permite disfrutar de parajes propios de las grandes lagunas rodeado de los más espectaculares escenarios andinos.
Islas Ballestas: la suma natural
Para completar la variedad paisajística peruana, a la inmensidad de los valles de los Andes y a la majestuosidad de parajes como el lago Titicaca sólo le tenemos que sumar un entorno costero como el que ofrece las Islas Ballestas, reservas naturales visibles desde la costa de Pisco, ciudad famosa debido a la rica bebida nacional a la que da nombre.
En este archipiélago de apenas 0,12 kilómetros cuadrados distribuido entre tres islas encontramos una riquísima diversidad de fauna entre imponentes paisajes naturales, como los lobos marinos, pingüinos, piqueros, zarcillos, pelícanos o leones marinos.
Nazca: el lugar más mágico de Perú
Si ya es mucho todo el misterio que envuelve a Machu Picchu, cercana a la ciudad de Nazca, en pleno desierto encontramos las famosísimas líneas de Nazca: una serie de dibujos realizados en la piedra por la civilización que da nombre a la población actual como ofrenda a los dioses para recibir abundante agua en forma de lluvias.
Las líneas de Nazca se pueden apreciar desde el aire o las colinas circundantes como figuras zoomórficas y geométricas, siendo las más famosas la que representa a un mono con la cola replegada y la denominada colibrí, convertida en todo un símbolo nacional y ampliamente reconocible en la imaginería popular.
Arequipa: la ciudad renacida
Montañas, islas, costa, lagos e incluso un desierto. La variedad del patrimonio natural de Perú no tiene límites… y a todos los nombrados le debemos sumar la existencia de algún que otro volcán activo, como el que en más de una ocasión ha destruido la ciudad de Arequipa, entre Nazca y el Lago Titicaca.
Pese a haber sido sepultada por la ceniza en más de una ocasión, aún conserva grandes joyas de su pasado colonial, como la imponente Plaza de Armas y su magnífica catedral, desde la que observar la inmensidad de los gigantes de piedra que la rodean.
La capital Lima y su atractiva gastronomía y cultura barroca, Iquitos y la inmensidad amazónica, la increíble biodiversidad de Puerto Maldonado, la magia del Valle Sagrado… ¿Aún dudas si merece la pena ir a Perú sólo por el Machu Picchu?