Esta ciudad de la parte oriental de Cantabria es de las más importantes de la región, pero por lo que realmente deberías visitarla es por su encanto marinero, su patrimonio y su cercanía e influencia vasca especialmente en verano cuando triplica su población.
Una bonita ciudad donde predomina el turismo residencial y de veraneo, con un paseo marítimo bien cuidado, playas, edificios elegantes, casas de indianos y terrazas con vistas al Cantábrico que se complementa con muy buen ambiente para salir a tomar un pincho por las tascas de su casco antiguo. Ya sea porque estás conociendo Cantabria o País Vasco y te pilla cerca, no dejes de visitar Castro Urdiales:
1. La Plaza del Ayuntamiento: es uno de los sitios más bonitos de Castro Urdiales y desde donde comenzar la visita a este pueblo, ya sea su casco antiguo o un paseo por la orilla del mar. Es una elegante plaza porticada rodeada de bares y callejones llenos de tascas y aquí se encuentra el ayuntamiento con la torre del reloj.
2. Iglesia de Santa María de la Asunción: esta peculiar iglesia gótica del siglo XIII es la postal más característica de Castro Urdiales, construida al lado del mar. Destaca por sus arbotantes tan típicos del estilo gótico y su interior luminoso gracias a las vidrieras. También alberga otras de Francisco de Zurbarán como El Cristo de la Agonía.
3. Castillo de Santa Ana: es una pequeña fortaleza construida en el siglo XII, situada en la punta del peñón (detrás de la iglesia). Entre el castillo y la iglesia también se encuentran las ruinas de la ermita de San Pedro. El faro se le añadió siglos después, en el siglo XIX. Este castillo también se cuela en la postal típica de Castro Uridales.
4. Cruzar el Puente Medieval: junto al castillo se encuentra este puente de estilo gótico (también llamado puente romano aunque no lo sea) que da paso a la ermita de Santa Ana, al otro lado del peñón. Desde el puente puedes ver cómo se cuelan las olas del mar por debajo cuando hay oleaje.
5. Salir de pinchos: está claro que hay que probar la gastronomía típica de Cantabria, pero otro de los atractivos y placeres de este pueblo tan cercano a Bilbao es la infinidad de tascas y bares que hay en el casco antiguo (detrás de la plaza del Ayuntamiento). No te vayas de allí sin tomarte una caña, un vino y tantos pinchos como te apetezca probar.
6. Recorrer el paseo marítimo: desde el paseo de Ocharan Mazas que va desde la playa hasta el parque Amestoy, situado en el centro. El paseo y la costa de Castro Urdiales en general es preciosa, con jardines bien cuidados y casas de indianos entre elegantes edificios. Tampoco faltan las terracitas y cafés con mucho encanto mirando al puerto.
7. Palacio de Ocharan: es uno de esos edificios de principios del siglo XX que más nos llama la atención en Castro por su estilo ecléctico, además de sus jardines creando un paisaje precioso. A día de hoy es una villa privada aunque puede visitarse poniéndose en contacto con la oficina de turismo si las visitas están disponibles.
8. Playas de Castro Urdiales: Ostende o Brazomar, ambas playas son urbanas, de arena dorada y agua limpia. Están situadas una a cada lado del casco antiguo del pueblo. La playa de Brazomar está algo más alejada pero su fondo es completamente de arena. Si vienes en verano y tienes tiempo, no olvides traer tu bañador porque te costará resistirte a un baño.
9. Parque Cotolino: es una zona verde preciosa al lado del mar con unas vistas estupendas a toda la costa de Castro Uridales. Es un lugar perfecto para dar un paseo agradable y relajado para ver la puesta de sol, también desde el chiringuito.
10. Mirador de la Ermita del Inmaculado Corazón: para finalizar (o comenzar) el día en Castro, puedes subir hasta este mirador desde donde contemplar la panorámica al pueblo y a las montañas verdes de alrededor. Se accede cruzando el puente de la autovía, a lado del CEIP Santa Catalina ycruzamos un prado hasta adentrarnos en el bosque donde comienza una subida de 100 metros (+ o -).
Quizás no es tan visitada como Santillana o Comillas pero también merece una visita. ¿La conoces? a mi personalmente me gustó mucho. Eso sí, si vas en verano no olvides el bañador!
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