Cuando llegué a la oficina en la que estoy haciendo mi práctica, de las primeras cosas que me dijeron fue el horario: de 8:00 a 5:00, con una hora, la 1:00 para almorzar. Creo que a la mayoría nos pasa lo mismo, nos dan X tiempo para descansar, comer y volver al trabajo con energía suficiente para terminar el día. Pero también creo (aunque es un gran presentimiento, no más) que mucha gente no aprovecha este tiempo y simplemente sigue trabajando derecho, con una pausa de diez minutos para comer sin masticar y seguir con el siguiente problema. ¿De pronto es falta de ideas de qué hacer? ¿Creen que logran más siguiendo derecho?
Hoy vengo a invitarte a que te unas a mi movimiento unipersonal (¡crezcámoslo!) de tomar en serio los 60 minutos de la hora de almuerzo y aprovecharlos. Salir de la oficina para dar una vuelta a la manzana. Sin exagerar, porque tomarte 1:30 cuando te dicen que es 1:00 ya es puro descaro. ¿Por qué, aparte de qué te dan el tiempo?
Le das una pausa a tu mente y te despejas. El problema espantoso al que le llevas dando vueltas toda la mañana desaparece durante un ratito.
Respiras aire fresco. Miras el sol (o te escapas de la lluvia).
Cambias de perspectiva (lo que puede ayudar encontrarle solución al problema espantoso)
Te distraes.
Tu cuerpo se mueve, cambia de posición y, según lo que hagas, se desentumece un poco. Mi oficina es chiquitita. Somos seis, contándonos a los practicantes. De los seis, solo mi compañero y yo almorzamos a la una. Los otros lo hacen cuando puedan, según las reuniones y el trabajo que tengan, pero muchas veces lo hacen 1:30-2:00, por lo que es poco usual coincidir con ellos. Mi compañero sale antes y se va a su casa a cocinar, entonces al final termino pasando mi hora de almuerzo sola. Claro que es más bien raro mi caso: seguramente tienes compañeros de oficina con los que pasar la hora. Las ideas que están aquí, entonces, las puedes hacer con alguien más o solo, según como te sientas.
Qué hacer en tu hora de almuerzo (13 ideas varias)
Puedes hacer una recapitulación de tu día. Ver qué has logrado, qué quieres lograr, cuáles actividades hacer a tu regreso para aprovechar las horas que quedan. Así, cuando llegues, vas a tener claro qué hacer y vas a ser mucho más productivo.
Sal a caminar a buen ritmo unos diez o quince minutos. Si hay un parque cercano, ve a él y descansa un poco entre la naturaleza.
Come con tranquilidad, sin afán, lejos de tu escritorio. Si llevas almuerzo, en la cafetería del trabajo, en el parque, en una banca. Si no lo llevas, ve a algún restaurante. Pero párate del escritorio. (¿No sabes qué comer? Prueba estas ensaladas para llevar que compartí la semana pasada)
Si tu tiempo de almuerzo es más largo, considera inscribirte a un gimnasio, como hace Fer (tiene dos horas al día de descanso). Puedes llegar en la tarde mucho más fresco, consciente de que hiciste algo bueno por tu cuerpo.
Descansa. Siéntate en una banca y mira los peatones, los perros con sus dueños, los niños, las bicicletas. A veces es bonito recordar dónde estas. También puede ser una buena ocasión para comenzar a ver la vida de otra forma.
Ve a tomarte un café. De hecho, ve mirando los diferentes cafés que hay en el barrio de tu oficina y encuentra tu favorito. O si no te gusta el café, mira las barras de jugos. O las heladerías…. entiendes la idea. Conoce tu otro barrio.
Siéntate en un lugar tranquilo (no tu puesto de trabajo….), mantén la espalda erguida y cierra los ojos unos minutos, concentrándote en tu respiración (puedes probar otras formas de relajarte)
Haz algo que te guste y que siempre digas “no tengo tiempo”: colorea, lee un libro o una revista que te guste, resuelve crucigramas o algo así. Puedes unirlo con lo del café.
Llama a un amigo o familiar con quien no hables desde hace tiempo y ponte al tanto. A veces la rutina se establece de tal forma que no te das cuenta de que fue hace dos meses que hablaste por última vez con un amigo querido. O si estás en una relación a distancia, puede ser un buen momento para saludar a la persona que quieres (también está esta entrada, con actividades diferentes para hacer a distancia).
Aléjate de la oficina, también mentalmente: el mundo no se va a acabar si no revisas tu correo o tu whatsapp por una hora.
Estira un poco. Cuando estamos sentados en el escritorio la mayor parte del día nos mantenemos casi todo el tiempo en la misma posición. Aunque es bueno hacer pausas activas durante el día (y hazlas, por favor), también es bueno que te des cinco minutos para estirarte bien y ahorrarte dolores de espalda y cuello, entre otros.
Duerme una siesta cortita, de 15-20 minutos, que te de energía para el resto del día.
Si tienes que hacer alguna vuelta, es el momento. Paga la luz, el agua, ve al banco o haz esas cosas que luego en la tarde te dan pereza pero con las que tienes que cumplir. Aquí una imagen para tu Pinterest, por si lo usas
¿Qué más haces tú en tu hora de almuerzo?
Estoy segura de que todo el mundo de posibilidades que hay alrededor de la hora de almuerzo no se reduce a trece opciones. Son las cosas que he hecho, que me gustan, que me ayudan a relajarme, distraerme, organizarme para el resto del día. Pero seguramente tú puedes darnos ideas también, ¿no? Te invito a comentar y a poner alguna actividad que no haya puesto. O cuál es la que más te gusta, la que estarías dispuesto a ensayar. También se vale estar en desacuerdo, y tal vez nos quieres contar por qué no descansar una hora a medio día es la mejor opción.
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