¿Por qué tuviste que morir?

Porque en el fuego se prueba el oro y los gratos a Dios en el horno de la humillación.

Eclesiastico 2.5.

¿Por qué tuviste que morir? ¿Cómo podía imaginar que podías morirte tan joven? Siempre tuve alguna escusa para no ir a verte. Pensaba – Estará muy ocupado dirigiendo su empresa, cuidando de tu hijo, viviendo su vida de príncipe- pues eso fuiste para mí. Eras tan brillante con tu imponente presencia, tu capacidad para resolver cualquier contratiempo con presteza: desde calcular de inmediato el cambio que nos correspondía a cada uno de la cuenta de una cena, como sacar de una ladera embarrada el coche de otro con tu pequeño todo terreno, con el cual recorrimos toda Cataluña. Fueron los mejores momentos de mi desastrosa juventud y ahora son los mejores recuerdos en mi  madurez.

A pesar de que eras más joven que yo siempre te admiré como pocas veces he admirado a otros hombres por más sabios y venerables que fueran. Estabas tan seguro de tus opiniones y tan entregado a tu fe religiosa. Eras un creyente practicante tan estricto. Recuerdo que presumías de cosas como no abandonar la misa hasta que dejaba de cantar el coro, y que te guardabas mucho de banalizar con los temas sexuales y sentimentales. Sé que en ocasiones te enojaban mis opiniones en contra de tu dios y yo abandonaba mis, en ocasiones, arrogantes argumentos ateos, porque no quería hacerte enfadar, pues ante todo te quería.

Sí, ya sé que nunca te lo dije. Qué más daba, lo tenías todo y pensaba que no me necesitabas. Dibujé los planos de tu proyecto de final de carrera y te di algunos consejos sobre informática, pero a parte de eso ¿qué podía darte yo? Bueno, te hice un retrato pero nunca me sentí demasiado orgulloso, tenía ínfulas de artista y no sé si lo hice por admiración o para darme importancia.

Cuando nos vimos por última vez te vi algo vencido, triste pero como siempre firme en tus principios morales. A pesar de tu separación no te quistaste la alianza pues tu compromiso era para siempre, fue E. quien se separó, no tú, y ante Dios y ante los hombres seguías casado. Mientras razonabas desde tus creencias pensaba ¿cómo puede tratarte Dios tan mal si le has dado tu vida entera? Pero decidí darte la razón y apoyarte. Al menos un acto correcto entre tanta torpeza.

Tras saber de tu muerte fui alternando entre un vacío en mi alma y la vergüenza de no haber comprendido aquel -“Necesito verte”- cuando me llamaste para quedar. Soy tan estúpido, puede que tuvieras una vida de ensueño pero tal vez no encontraste, entre tus amistades de alcurnia, alguien que comprendiera el sufrimiento de la enfermedad que te mató. Además de tu familia, puede que yo, que me he pasado la vida en clínicas y hospitales, soportando crueles síntomas, te hubiese podido reconfortar.

Mi facilidad para reírme de mí mismo y mi a veces inoportuno sarcasmo te hubieran tal, vez, dulcificado la agonía que, no quiero ni imaginar, llevabas por dentro. Sé por experiencia que un poco de comprensión y algo de sentido del humor pueden animar y el ánimo ayuda a segregar hormonas y cosas bioquímicas que al parecer te faltaron en ese quirófano donde dejaste este mundo. No sé, no hubiese pasado nada por intentarlo, pero no lo hice y ahora lo lamento.

Nunca volveré a verte,  el “mañana lo llamo”, no llegará ya. No habrán más abriles pensando en felicitarte por tu cumpleaños y no haciéndolo por si te venía mal.  Tampoco creo que pueda conocer a tu hijo (el que no me lo presentaras fue una de las pocas cosas que te recriminé) y lo siento pues me gustaría decirle lo grande que fue su padre y que aunque no es comparable, yo también he perdido, como él, una parte importante de mi vida.

Ahora me dicen, con buena intención, que me entere de donde estás enterrado y que vaya a contarte ante tu lápida todo esto que escribo hoy.  Pero no puedo. No me porté bien cuando vivías y no voy hacer de plañidera hipócrita frente a  tu tumba, pero sabes, Xavi, por primera vez en mi vida deseo que tuvieras en lo cierto: que hay un cielo y un dios que te ha convocado porque, tal vez, hay alguna vacante para ángel. Es la única razón por la que entendería que haya llamado tan pronto al mejor de sus hijos.

Descansa en paz, mi amigo.

Fuente: este post proviene de Blog de dtlblog, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Ayer domingo mi jefe me llamó para decirme que no fuera a la fábrica. Me ha propuesto trabajar desde casa y ahora a las 9:00 horas del lunes estoy esperando a ver como quiere hacerlo. Me he instalado ...

Ara Malikian debe de ser un talentoso violinista, como talentoso es el fotógrafo que ha hecho el anuncio del concierto que se celebrará en octubre en Barcelona. Pero el significado de la foto, aparte ...

Ya tengo permiso de conducir. ¡A mis cincuenta años! ¿Quién lo iba a decir? Y todo gracias a Hoy-Voy. Antecedentes. Si he tardado tanto en sacarme el carné de conducir ha sido por una mezcla de priori ...

1979. La vida del niño de los setenta empezaba a complicarse principalmente porque estaba dejando de ser un niño. Su salud era mala, como siempre, y empezaba a sospechar que eso no sería suficiente pa ...

Recomendamos